Uno de los sueños de la mayoría de los niños es ser bombero. Es uno de los oficios que ha permanecido intacto en cuestión de confianza, credibilidad y admiración. Al ver un camión o un bombero los niños se llenan de ilusión. Hasta ahora se concibe el ser bombero como algo muy noble. Poner la vida en riesgo por alguien desconocido no es algo que se dé mucho en nuestros días.
Para conocer más sobre este oficio nos sentamos a platicar con el comandante de la estación de bomberos, Julio César Ríos Cortés ubicada en Madero y Pape, quien nos contó el proceso para llegar a ser bombero.
Un día en la vida de un bombero
Nuestra jornada laboral es de 24 horas por 48. Entramos a las 9 de la mañana y salimos hasta las 9 de la mañana del siguiente día. Con dos días de descanso. Se revisan las unidades según la función de cada uno. Maquinistas, bombero pitonero, el que está frente a la línea de fuego, también hay bomberos paramédicos, bomberos del rescate vertical, el que usan las cuerdas, y el maquinista de máquinas pesadas. Todos deben revisar su herramienta. Después se pasa a un proceso de limpieza, cada uno tiene un rol para limpiar las instalaciones. Tenemos cocina, dormitorio, nosotros preparamos los alimentos, y por la tarde hacemos una práctica donde vemos un tema según el programa de capacitación interna que se tiene. Todo esto se realiza al mismo tiempo que atendemos las emergencias que hay en la ciudad.
¿En qué momento puede un ciudadano hablar a los bomberos?
Después de contar su historia Edgar realiza un recorrido guiado por la estación y muestra el camión de bomberos y para qué funciona cada cosa.
Todos lo que tenga que ver con incendios o fugas o derrames de algún producto químico o tóxico, materiales peligrosos. Si existe algún accidente vial se canaliza a policía y tránsito o si es algún accidente que involucre daño a algún civil se habla a Cruz Roja.
El bombero Edgar Muñiz compartió su experiencia de 10 años realizando este noble oficio.
Tengo 28 años y he trabajado en el departamento de bomberos desde el 2009; entré a los 17 años, ya cumplí los 10 años en abril. Mi paso por el departamento ha sido de sacrificio, mal comidas, desveladas, experiencias agradables, desagradables. Llegué al grado de teniente, he estado de bombero, pitonero, maquinista, subteniente, ahora soy suboficial. Bajé porque tengo otro trabajo aparte de ser bombero, trabajo para Altos Hornos de México en el área del aeropuerto.
Para conocer más sobre este oficio nos sentamos a platicar con el comandante de la estación de bomberos, Julio César Ríos Cortés
En la mañana siempre llego con la virgencita y me persigno, después firmo entrada y empiezo con mis labores diarias.
El oficio de bombero no es muy bien pagado por eso tuve que buscar otro empleo, cuando empecé a formar mi familia y ver que no me alcanzaba. Pero me gusta mucho ser bombero, entonces que me paguen por hacer lo que amo ya es un beneficio.
Yo quise ser bombero por mi tío. Él es teniente en el departamento de bomberos de Saltillo, pero él empezó aquí en Monclova. Desde niño siempre vi cómo ejercía su oficio y me llamaba la atención, pero conforme fui creciendo cambiaron mis gustos, porque mi papá fue militar y él quería que yo fuera militar de la Marina, y yo también, era un sueño que compartimos. Sin embargo, él fallece en acción en Sinaloa y decidí que no quería eso para mí.
Después recuerdo mi sueño de niño de ser bombero, y empiezo a prepararme y así es como llegué hasta aquí.
Después de contar su historia Edgar realiza un recorrido guiado por la estación y muestra el camión de bomberos y para qué funciona cada cosa. Además se colocó el traje de bombero que pesa unos 25 kilos, más el tanque de oxígeno que deben cargar en total son aproximadamente 40 kilos.
Gran admiración a quienes se dedican a este oficio que requiere de mucha valentía, esfuerzo, amor a su pueblo y dedicación.
Se colocó el traje de bombero que pesa unos 25 kilos, más el tanque de oxígeno que deben cargar en total son aproximadamente 40 kilos.
