Sin importar las inclemencias del clima, cientos de personas de las diferentes parroquias de la ciudad participaron en la tradicional peregrinación en honor a la Virgen de Guadalupe, patrona de los creyentes mexicanos.
A las 9 de la mañana de ayer, los creyentes de diferentes iglesias de la ciudad se dieron cita afuera de la parroquia Santiago Apóstol para comenzar con la peregrinación con cantos, rezos y porras para la morenita del Tepeyac.
La peregrinación recorrió la calle Venustiano Carranza, pasó por la calle Guatemala, para posteriormente subir por la avenida Monterrey hasta el santuario de Guadalupe, donde eran esperados por el sacerdote para continuar con sus actividades.
Aunque durante la mañana se registró una ligera lluvia, además un poco de frío esto no desanimó a los creyentes, quienes con cantos, rezos, así como porras sobre todo de jóvenes refrendaron su veneración a la virgen.
La peregrinación estuvo compuesta de cerca de 7 contingentes, algunos de ellos con representaciones de la virgen o imágenes religiosas para aprovechar el momento para llevarlas a bendecir.
Al concluir la peregrinación en el Santuario de la Virgen se realizó una misa, donde los presentes refrendaron su fe a la morenita del Tepeyac, además de agradecerle por los milagros concedidos.
ANTECEDENTES HISTóRICOS
Es una aparición mariana de la Iglesia católica de origen mexicano, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, ubicada en las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México.
De acuerdo a la tradición oral mexicana y según lo descrito por múltiples documentos históricos del Vaticano y otros encontrados alrededor del mundo en distintos archivos, se cree que la Virgen María se apareció en cuatro ocasiones al indio San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac, y una quinta ocasión a Juan Bernardino, tío de Juan Diego.
SE PRESENTA ANTE OBISPO
El relato guadalupano conocido como Nican mopohua narra que tras la primera aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga.
JuanDiego en la última aparición de la Virgen, y por orden de esta, llevó en su ayate unas flores que cortó en el Tepeyac. Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, morena y con rasgos mestizos.
