“El demonio le cortó las alas a mi ángel”, aseguró Blanca Delia Estrada, mamá de Dianita de 11 años de edad, quien fue brutalmente asesinada destrozando todos los sueños e ilusiones que habían hecho juntas.
Los recuerdos de su hija siguen presentes en su memoria, el dolor no sana y su corazón sigue destrozado por la pérdida de quien era su mayor orgullo, su fortaleza e inspiración.
Sentada en una mecedora al exterior de su domicilio con un rostro triste, la joven madre de familia recibió a Periódico La Voz de Monclova, han pasado casi dos años desde la tragedia ocurrida el 21 de abril del 2016.
“El demonio le cortó las alas a mi ángel”, aseguró Blanca Delia Estrada, mamá de Dianita de 11 años de edad, quien fue brutalmente asesinada destrozando todos los sueños e ilusiones"
Aquel día jueves, la mujer acompañada de su hija salieron de su domicilio para dejarla en la escuela en la colonia Guerrero, como todos los días tomó el camión para ir a trabajar a una tienda de conveniencia de la Zona Centro de Monclova.
Parecía un día como cualquier otro, a las 3 de la tarde la mujer salió del trabajo, regresó a su domicilio y encontró la puerta principal abierta, algo extraño sucedía, la vivienda estaba abierta, entró y se encontró con una imagen que jamás podrá olvidar.
Su pequeña estaba tirada boca abajo, rodeada en un charco de sángre, inmediatamente entró en shock, salió corriendo y desesperada pidió apoyo a sus vecinos, los cuales no creían lo que estaba sucediendo.
Hicieron el reporte a los cuerpos de seguridad, algunos notaron algo extraño esa tarde, vieron salir del domicilio a Javier, mejor conocido como “El Demonio”, quien desesperado había emprendido la huida del lugar.
De inmediato comenzaron un operativo de búsqueda, mientras peritos de la Procuraduría General de Justicia realizaron las investigaciones detectando que la pequeña había recibido 32 puñaladas con un cuchillo de la cocina.
Horas más tarde, elementos de la Policía Investigadora encontraron al menor, cuya ropa estaba manchada de sangre, convirtiendose en el principal sospechoso del asesinato de aquella pequeña, por lo que inmediatamente fue trasladado a la Agencia del Ministerio Público.
Parecía un día como cualquier otro, a las 3 de la tarde la mujer salió del trabajo, regresó a su domicilio y encontró la puerta principal abierta, algo extraño sucedía.
En su interrogatorio, Javier confesó que si la había matado, pero refirió que escuchaba voces que le dijeran que la matara porque ella iba a ser quien lo iba a matar a él, es por ello que prefirió actuar primero.
“Un día antes que mi hija fuera asesinada se acercó y me abrazó, nos quedamos mucho tiempo abrazadas y me dijo que me quería mucho, ahora concluyo que tal vez era una especie de despedida”, recalcó la madre de familia.
Desde entonces no solo la vida de Dianita se terminó, la vida de la familia Estrada cambió por completo pues han tenido que aprender a vivir con su ausencia, la alegría que le daba a su hogar simplemente desapareció.
Blanca Delia Estrada recuerda que su hija en una ocasión cuando estaban afuera del domicilio le dijo quién era “El Demonio”, pero no sabía que presuntamente tenían una relación, solo porque lo rumoraban los demás, pues nunca fue a su domicilio, ni se juntaban.
“Cuando me dijo ese es el demonio le respondí pues así ha de ser que le dicen el demonio”, recordó.
Un día antes que mi hija fuera asesinada se acercó y me abrazó, nos quedamos mucho tiempo abrazadas y me dijo que me quería mucho.
Una ocasión como un mes antes, Dianita le contó que este menor se metió a su casa y no se quería salir, incluso la amenazó es por ello que la niña prefirió salirse y se fue con una vecina, es por ello que Javier se fue, por lo que tomaron algunas medidas de seguridad que quedaron de lado.
Su pequeña era una niña inocente, sencilla, que tenía muchos sueños e ilusiones, pues quería seguir estudiando para ser maestra y enseñarle a los demás niños a salir adelante.
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Para la familia, los días desde la partida de Dianita han sido muy difíciles, no hay día que no la recuerden, que no noten su ausencia, no extrañen sus ocurrencias o su risa, por lo que están trabajando para seguir adelante poco a poco.
Sentada en una mecedora al exterior de su domicilio con un rostro triste, la joven madre de familia recibió a Periódico La Voz de Monclova.
Con la ayuda de su familia ha logrado salir adelante, el trabajo ha sido un distractor muy importante para no pasar el tiempo pensando en lo que sucedió, además se ha acercado a una Iglesia Cristiana donde ha encontrado mucha fortaleza.
“Aún hay días en los que salgo del trabajo y me vengo corriendo a la casa porque pienso que me está esperando, pero recuerdo que lamentablemente ya no está”.
