La industria gasera atraviesa una de sus peores crisis en años, la caída del 30 por ciento en la demanda del gas LP, sumada a seis semanas consecutivas sin una variación significativa en el precio, ha puesto contra las cuerdas a los empresarios del sector, provocando despidos, el cierre de una gasolinera y la implementación de medidas drásticas para reducir gastos.
"Este fin de semana va a ser el primero donde no vamos a operar el día domingo. Ahora suspenderemos el reparto ese día, las pipas estarán resguardadas y solo estarán trabajando algunos centros de carburación en caso de alguna necesidad extrema. Que las personas lo surtan", explicó el propietario de una gasera local en Frontera.
Actualmente, el precio de venta del gas LP se mantiene en 10.48 pesos por litro, y aunque la semana pasada registró un ligero incremento de apenas tres centavos, los empresarios advierten que la falta de ajustes reales en el precio desde hace más de un mes ha afectado gravemente su margen de utilidad.
Mientras para los consumidores el precio contenido representa un alivio en sus bolsillos, para los empresarios significa operar con pérdidas. "No nos da para cubrir los gastos administrativos, mucho menos para mantener a todo el personal", comentaron fuentes del sector, que ya comenzaron con recortes de personal y ajustes operativos.
Una de las gasolineras que cerró sus puertas se encontraba en el bulevar Pape de Monclova, entre el bulevar Benito Juárez y Francisco I. Madero, tras dar una gasolina barata y que no reunía las características necesarias.
El llamado del gremio gasero es claro: se requiere la intervención de Pemex y del Gobierno Federal para revisar el control de precios que, aseguran, impide que el negocio sea sostenible.
"Necesitamos que se meta mano en el tema. No hay rentabilidad y esto está derivando en recortes, ajustes y un freno en las operaciones. No es una situación menor", concluyó el empresario.