FRONTERA., COAH.- Thelma se defendió por la repetición de actos violentos hacia ella, no son episodios aislados, sino de un patrón de relación “tóxica”, en el que se producen fases de incremento en la tensión por parte del agresor y que culminan con la agresión a la mujer, lo anterior informó Sandra de Luna titular del Centro de Orientación y Protección a Víctimas de la Violencia Intrafamiliar.
“Las mujeres que viven violencia siempre como parte de su estrategia pretenden la evitación de las agresiones y las acciones que llevan a la denuncia, la huida y la petición de ayuda a sus familiares, lo cual tiene como objetivo buscar un posible cambio en el comportamiento de su agresor, lo cual pocas veces sucede”.
Sandra de Luna dijo que las repercusiones que sufren cientos de mujeres que son maltratadas abarcan un amplio abanico de posibilidad de daño psicológico, entre los que se encuentra la indefensión aprendida, el síndrome de estrés postraumático, ansiedad, depresión, disminución de la autoestima, pasividad, incapacidad en el control de sus vidas, culpa y vergüenza, además de problemas físicos como contusiones, lesiones e incluso pérdida de la vida.
La titular del COPROVVI mencionó que como sociedad no debemos olvidar que la mujer que sufre maltrato, cuenta con un tipo de trauma y puede sufrir accidentes, ya que en la violencia se merma además las capacidades de la persona como son la decisión, debido a que el hombre diariamente limita sus capacidades.
“Quien soporta la violencia es porque tiene muchos años viviéndola y psicológicamente puede estar muy dañada, respecto a la brecha generacional refiriéndome a las edades, quizás estas mujeres fueron víctimas cuando pequeñas, lo que indica que en un alto índice sus relaciones serán con hombres de este tipo”.
