SALTILLO, COAHUILA.- Las movilizaciones realizadas este sábado por integrantes de la Generación Z y del Movimiento del Sombrero, quienes salieron a las calles para denunciar la creciente inseguridad, no pasaron desapercibidas para la Diócesis de Saltillo.
¿Qué ocurrió?
El obispo Hilario González García afirmó que estas manifestaciones son el reflejo de un sentir generalizado: el miedo y la insatisfacción ante la violencia que persiste en varias regiones del país.
El prelado recordó que, recientemente, los obispos de México emitieron un comunicado en el que expresan la preocupación de la Iglesia por los hechos violentos registrados en semanas recientes.
Dijo que, más allá de un pronunciamiento institucional, el documento busca transmitir cercanía y apoyo a quienes viven con incertidumbre.
¿Cuál es la reacción de los involucrados?
González García subrayó que el hecho de que miles de jóvenes decidieran marchar demuestra la profundidad del malestar social. "Estos sentimientos de insatisfacción, de temor y de inseguridad algo dicen", comentó. Añadió que la experiencia pastoral les permite constatar que las comunidades desean un entorno más seguro y que existen condiciones para avanzar hacia la paz.
Aunque reconoció la importancia de las marchas, el obispo enfatizó que el compromiso con la justicia y la paz debe manifestarse también en la vida cotidiana. "Más que a través de una marcha, que con nuestro testimonio, nuestras palabras, nuestro trabajo y nuestro liderazgo animemos a nuestras comunidades hacia el bien", señaló.