RAMOS ARIZPE, COAHUILA.-Ciudadanos se reunieron nuevamente por la defensa del Cerro de Guanajuato, manifestándose en las inmediaciones de las excavaciones en el cerro, impacta por su cercanía a los vecinos de las colonias Quinta Manantiales, Portales, Misiones y Revolución, en diciembre del 2024 los vecinos se organizaron en un esfuerzo por frenar los trabajos de excavación realizados por maquinaria pesada en la zona, los cuales, según denuncian, están causando una devastación irreversible al medio ambiente.
La movilización alcanzó un nuevo pico el pasado domingo, cuando más de 35 personas se reunieron en la plaza de Quinta Manantiales, situada en la calle Portal de Santa Cecilia, para llevar a cabo una asamblea informativa. Durante este encuentro, los residentes discutieron los próximos pasos en su lucha, que incluye una serie de acciones legales y políticas.
La regidora Lizbeth Ogazón, quien ha sido una de las principales voceras del movimiento, explicó las medidas que se han tomado hasta el momento: Se presentó una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), Se interpuso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Se acordó la organización de una próxima reunión con el alcalde Tomás Gutiérrez Merino.
Los vecinos también hicieron hincapié en lo que consideran un posible conflicto de intereses, ya que señalaron que el permiso inicial para los trabajos fue otorgado en 2016, cuando Carlos Valdés del Bosque, propietario del terreno, formaba parte del cabildo en la administración de Ricardo Aguirre. De acuerdo con los residentes, el propósito de las excavaciones es extraer material de la zona para un terreno ubicado en el lecho de un arroyo cercano, donde Valdés construyó una plaza comercial y tiene planes para edificar viviendas de alta densidad.
La preocupación ambiental de los vecinos es también una cuestión de preservación de especies, ya que el área afectada alberga flora y fauna en peligro de extinción, como cactáceas, lagartos pigmeos, halcones y tejones. Además, la zona cuenta con especies amenazadas como correcaminos y zarigüeyas, lo que agrava aún más la situación.
El conflicto ha tomado un giro más tenso debido a las declaraciones de los operadores de maquinaria en el lugar, quienes afirman tener contratos que deben cumplir "a toda costa". Algunos incluso señalan que el responsable del proyecto es una persona influyente, lo que genera aún más desconfianza entre los habitantes que luchan por la conservación del cerro.