FRONTERA COAH.- “No le hacemos daño a nadie, mejor vale limpiar vidrios que andar robando”, señalaron los limpiaparabrisas que comúnmente se instalan en el crucero de la carretera 30 con calle Progreso, cuando policías municipales les advirtieron que si no se retiraban se los llevarían detenidos.
Carlos Humberto Lecea Hernández y Jesús Ernesto Rodríguez Escamilla tienen 24 años de edad y son fronterenses, por falta de recursos no pudieron prepararse y aunque tienen trabajo estable el salario no les alcanza, una opción es limpiar los cristales de los automóviles a cambio de unas monedas.
Sin importar las inclemencias del tiempo, los intensos rayos solares, las temperaturas que rebasan los 40 grados centígrados, incluso hasta en días de lluvia, siguen ahí, trabajando.
Estaban sentados afuera de Seguridad Pública esperando hablar con Rogelio Valdez director de la corporación para hacer un compromiso, que les permitieran trabajar y al primer reporte que haya en su contra les cancele el permiso.
Carlos Lecea trabaja en la obra, cuando hay trabajo, tiene un niño chiquito y su pareja, dice que su situación es crítica y limpiar los cristales le ha ayudado a salir adelante.
Jesús Rodríguez trabaja en un taller en donde desde hace tiempo no tiene la oportunidad de trabajar tiempo extra, tiene tres niños, dos en la escuela y la más pequeñas usa pañales y leche.
El salario de su trabajo en el taller alcanza solo para comprar comida, pero hace falta leche, pañales, ropa para sus hijos y los gastos del diario como el de las tortillas.
Dicen que nunca se han portado mal con los ciudadanos, algunos de sus compañeros sí se portan groseros cuando no les dan nada, pero aseguran que ellos no.
Depende de los días, en quincena les va muy bien, a finales de quincena ya no reciben nada y aún así limpian los cristales pues a los días es el ciudadano quien les habla y les da una moneda.
En ocasiones sí les dan “chanza” para trabajar, dicen que las autoridades creen que son “halcones”, pero no, nunca se niegan a las revisiones de diferentes corporaciones de seguridad.
Un día antes de que les suspendieran el permiso fueron revisados por elementos GATES.
“Nos hicieron una revisión corporal, el que nada debe nada teme, nos revisan de todo a todo, hasta el aliento y que no olamos a marihuana u otra cosa, pero a mí me gusta jalar bien, nunca nos han encontrado nada, ni nos encontrarán, porque solo vamos a trabajar”, comentó.
Dicen que están “Jodidos” y que si anduvieran en malos pasos, no estuvieran limpiando los cristales de los vehículos en el crucero.
