Hace tres años el Cáncer le ganó la batalla, pero ahora está en un lugar mejor
FRONTERA COAH.- Ayer se celebró en México “El día de los angelitos”, por ello decenas de personas acudieron al panteón municipal para recordar a los pequeños que fallecieron, tal es el caso de Olga Morales y Pablo Álvarez quienes tienen a Ximena, un angelito que los cuida desde el cielo.
Hace tres años, después de una lucha contra el Cáncer Ximena falleció, sus padres han logrado superar la irreparable pérdida pues aseguran estar en paz y contentos porque saben que está en un lugar mejor, donde ya no hay dolor.
Olga Morales mencionó que al principio fue muy difícil asimilar que su hija ya no estaba físicamente, pero pidieron una señal al cielo y cuando Ximena falleció la hermosa sonrisa en su rostro dio la paz a sus padres.
Cada año acuden, le llevan flores, globos y lo que más le gustaba el negrito del bimbo, para ellos ir al panteón es como ir de día de campo en familia, en donde pasan el tiempo recordando los bellos momentos junto a su hija y dejando a un lado la tristeza porque ya no esté, sus padres ríen al recordarla.
“La vida no se acaba aquí, la vida empieza después de la muerte”, mencionó su madre.
Ximena pasó por un proceso muy difícil en el que se notaba cansada, sin apetito y sin ganas de jugar, la fotografiaron y con sus brazos arriba demostrando la pequeña guerrera que es, le dijo a su madre unas palabras que jamás se le olvidarán.
“Ella alzó sus brazos y me dijo mírame mami de nuevo soy fuerte, entonces uff en mi mente está así, fuerte, feliz, bien, restaurada y libre de cualquier enfermedad, el tiempo que estuvo con nosotros fueron 3 años, pero en ese tiempo nos dio toda la felicidad del mundo”, comentó.
Dice que por mucho tiempo su hija mostró ser fuerte, estaba sonriente, no parecía que tuviera la terrible enfermedad del Cáncer excepto porque ya no tenía cabello, pero su actitud y sus ganas de vivir siempre fueron positivas.
“Ella le echaba muchas ganas a la vida, era muy amigable y siempre quería cuidar a los bebés, parecía que no estaba enferma, claro se decaía pero siempre se levantaba y ella me dejó muy buenas enseñanzas”, señala su padre Pablo Álvarez.
Nunca han renegado a la vida porque les arrebató lo que más querían, al contrario siempre se han sentido bendecidos porque Dios les permitió ser padres.
Por razones desconocidas Olga y Pablo ya no están juntos, pero siempre están en constante comunicación pues aunque Ximena ya no está ella sigue siendo el lazo que los une.
“Aunque ahorita no esté mi hija con nosotros siempre nos va a unir, siempre, siempre hasta el último día de nuestras vidas”, señaló su padre.
Perder a un hijo no tiene nombre, es una situación triste y dolorosa, pero encomendados a Dios pueden superar la pérdida teniendo en mente que fueron bendecidos, pues hay parejas que pierden a un hijo desde antes de nacer o quienes lamentablemente no han podido ser padres, pero aún así tienen que estar contentas porque lo sintieron en su vientre y recordar que solo Dios sabe porque hace las cosas, fue el mensaje que los padres de Ximena dieron a los ciudadanos.
