FRONTERA COAH.- Andrés De La Cruz Ruiz, con profundo amor y nostalgia, se dirigió al Panteón Municipal Dolores para rendir homenaje a la memoria de su difunta esposa, Doña Juanita Ornelas Nava, madre de sus siete hijos. Para él, Doña Juanita no solo fue una madre excepcional, sino también su verdadero y único amor, a pesar de ser su segundo matrimonio. Con una mezcla de melancolía y gratitud, Andrés colocó flores en la tumba de su amada, en un gesto de amor y recuerdo en este día tan especial.
Recordando momentos compartidos, Andrés destacó la generosidad y la pasión de su esposa. Doña Juanita era conocida por su amor por los pollitos y su hospitalidad, brindando comidas gratuitas a los jugadores de lotería y a quienes se acercaban, deleitando a todos con su cocina exquisita. Para Andrés, ella fue el pilar de su hogar, una madre ejemplar que dejó una huella imborrable en la vida de sus hijos y en la suya propia.
La devoción de Doña Juanita por la Virgen de Guadalupe y su amor por el Día de Muertos también fueron destacadas por Andrés, quien recuerda con cariño los momentos compartidos en torno a estas tradiciones. Aunque hace una década que su esposa partió de este mundo, Andrés nunca deja pasar la oportunidad de visitar su tumba, honrando su memoria y reviviendo los recuerdos de su vida juntos.
Con una coca en mano, la bebida favorita de Doña Juanita, Andrés compartió sus sentimientos con un profundo amor y respeto por la mujer que marcó su vida de manera tan significativa. En este día de recuerdo y homenaje, Don Andrés De La Cruz Ruiz demostró que el amor perdura más allá de la vida misma, manteniendo viva la memoria de quien fue su compañera y madre de sus hijos.
