Morena propone adiciones a la Ley Estatal de Educación para impulsar el cuidado y el bienestar emocional y psicológico entre el alumnado, obligando a las escuelas de nivel básico y medio a contar con un área multidisciplinaria especializada conformada por profesionales de la psicología, pedagogía y lenguaje.
Además, ordena a los trabajadores sociales atender en primera instancia los problemas psicológicos entre los estudiantes e identificar cualquier agresión física o que atente contra su salud mental.
Asimismo, establece realizar campañas mediante el uso de tecnologías de la información y comunicación, para promover conocimientos, hábitos y actitudes que le permitan al educando mantener un equilibrio emocional y preservar la salud mental ante situaciones de riesgo surgidas en su entorno, prevenir el suicidio y las adicciones y concientizar sobre la importancia de una convivencia libre de violencia o maltrato en los ámbitos familiar, comunitario, escolar, social y virtual para el desarrollo personal integral.
La diputada Magaly Hernández Aguirre señaló la importancia de promover entornos saludables y resilientes para fortalecer el bienestar de los estudiantes, pues lamentablemente el cuidado de la salud mental está lejos de recibir la atención que amerita.
"Nuestras escuelas operan con falta de psicólogos para prevenir, detectar y contrarrestar el acoso escolar, las adicciones y otros problemas similares. Si en algo podemos coincidir, es en la necesidad de proteger a nuestros estudiantes y convertir a nuestras escuelas en lugares seguros para el aprendizaje, a fin de que estén libres de la depresión, ansiedad o cualquier violencia, donde se fomenten valores positivos y comience a cerrarse las brechas de desigualdad".
"Esta iniciativa, tiene como propósito fundamental garantizar la estabilidad emocional y psicológica de nuestros estudiantes en los planteles educativos, con equidad y justicia. El acceso a una atención integral de la salud mental es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todos los estudiantes, especialmente aquellos que se encuentran en zonas con mayor rezago educativo o en situaciones de vulnerabilidad".
Los alumnos, expresó, requieren estabilidad emocional y acompañamiento que les haga saber que no están solos, pues posterior a la pandemia muchos estudiantes enfrentan dificultades para socializar, padecen ansiedad ante la convivencia y un futuro incierto, o presentan síntomas de depresión y requieren terapia y ayuda para recuperarse.
Otro elemento negativo en las aulas es el acoso escolar, que aumentó de un 23 por ciento al 28 por ciento del 2018 al 2022, poniendo en riesgo la salud mental de aproximadamente 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes. En Coahuila también repuntó el bullying: en el 2022 se reportaron 28 casos y en el 2023 sumaron 45 denuncias, pero la cifra negra debe ser mucho mayor.
"El bullying en el mediano plazo aumenta la ansiedad en las víctimas, causa déficits de atención, desmotiva a los alumnos para continuar sus estudios, puede provocar abandono escolar, generar adicciones o llevar al suicidio en casos graves y prolongados, mientras que la estabilidad emocional facilita el aprendizaje y las relaciones interpersonales, previene el aislamiento y promueve un ambiente escolar más armonioso y productivo", concluyó.
