En lo que va del año Coahuila figuró como uno de los lugares más secos del país, pues ocupó el lugar número 8 entre los 32 estados donde menos ha llovido, de acuerdo con información del Servicio Meteorológico Nacional de la Conagua.
Asimismo este inicio del 2022 fue el primer bimestre más seco en al menos los últimos 12 años para el estado, pues registró la menor cantidad de precipitaciones pluviales desde el 2011.
De la mano con la falta de lluvia, 13 municipios del norte de Coahuila se encontraron en sequía extrema y excepcional, condiciones que siguen extendiéndose a lo largo y ancho del territorio estatal.
Según el resumen de lluvias del Servicio Meteorológico Nacional, en enero cayeron 2.6 milímetros y en febrero 1.3 milímetros de precipitaciones en la entidad, lo que dio un acumulado de 3.9 milímetros durante el primer bimestre.
La cantidad más baja de lluvias se registró en Baja California Sur, con 0.5 milímetros; seguido por Zacatecas con 0.6 milímetros, Jalisco con 1.6 milímetros, Colima con 2 milímetros y Nayarit con 2.4 milímetros.
La lista se complementó con Durango y Guanajuato que registraron 2.7 milímetros cada uno durante el mismo periodo, después Sonora con 3.4 milímetros y Chihuahua con 3.9 milímetros.
En cuanto a Coahuila, los 3.9 milímetros de lluvias representaron los niveles más bajos en más de una década.
Las cifras más bajas hasta entonces se habían registrado en 2014, cuando llovió un acumulado de 6.9 milímetros; en 2019 con 7.5 milímetros, en 2018 con 7.7 milímetros, ese año fue el más seco y con más incendios forestales en la historia reciente de la entidad.
La lista en orden ascendente por la cantidad de precipitaciones continuó con 2011 y 2021, que registraron 8.1 milímetros; 2017 con 13.7 milímetros, 2020 con 14.1 milímetros y 2013 con 17.3 milímetros.
En cambio, los años el primer bimestre con más lluvias en la última década fueron el 2015 con 55.1 milímetros, 2012 con 26.5 milímetros y 2016 con 24.7 milímetros.
VANGUARDIA informó que la falta de agua y el aumento de sequías ya no son un fenómeno, sino una transformación del ambiente producto de la actividad humana de extracción intensiva y extensiva del agua, de acuerdo con la doctora Rosario Sánchez Flores.
“Ya no es una sequía, estamos caminando, transformando, hacia un sistema natural árido. A eso es a lo que vamos, no a una sequía, ¿eso qué implica?, un cambio del hábitat, de tu mismo ambiente hacia algo permanentemente árido, al menos aquí en esta región”, aseveró la directora del Foro Permanente de Aguas Binacionales y senior research scientist del Texas Water Resources Institute, Texas A&M University.