Las recientes declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el caso Altos Hornos de México (AHMSA) generaron una leve expectativa entre los trabajadores de la siderúrgica, aunque para muchos de ellos, la esperanza se diluye frente a la falta de soluciones tangibles tras más de tres años de crisis.
Ervey Valenzuela, obrero de la planta y uno de los representantes más activos en la lucha por los derechos laborales, expresó que si bien las palabras de la mandataria alimentan una mínima ilusión, ya no logran convencer a quienes han vivido en carne propia la incertidumbre. "Dan un aliento, pero ya no vemos nada convincente. Se están tardando. Ella como presidenta ya debería dar algo de luz a la clase trabajadora y a las familias de Monclova. Este es un momento completamente difícil", declaró con firmeza.
Valenzuela también criticó la pasividad en el actuar del gobierno federal y denunció que la actual administración de la empresa sigue tomando decisiones internas, lo que mantiene viva la desconfianza entre los obreros. "Les urge —óiganlo así— hacer movimientos, porque la presidenta no nos puede seguir haciendo esperar. Seguimos confiando en el proceso, pero sí se están tardando y eso preocupa a todos los trabajadores de la Región Centro."
A más de 36 meses del inicio del conflicto, el líder obrero aseguró que la situación se ha vuelto insostenible y que los pronunciamientos oficiales, aunque bien intencionados, no hacen más que extender una agonía que parece no tener fin. "Cada vez que la escuchamos, parece que nos están alargando el sufrimiento. Ya es importante que ella, su gabinete y los que están detrás tomen decisiones. Incluso, que traigan al empresario de cuello blanco que está en Estados Unidos y que le den terminación por el bienestar de todos los trabajadores."
Con evidente frustración, Valenzuela acusó además intentos por parte de la empresa de dividir a los grupos organizados que han permanecido firmes. Sin embargo, advirtió que al menos por los próximos días no habrá espacio para concesiones que no favorezcan directamente a los trabajadores activos. "Estamos viviendo una tempestad. La empresa sigue metiendo su cuchara y está dividiendo a los grupos. Pero una cosa sí les puedo decir: los grupos de puertas se van a mantener firmes al menos por tres días sin negociar nada que no sea a favor de los verdaderos trabajadores."