A 12 días de la tragedia que cobró la vida de María Guadalupe Villarreal Villalobos, conocida con cariño como doña Lupe, el espacio donde solía instalarse cada tarde con sus tradicionales tacos en la colonia 1º de Mayo permanece vacío, en señal de respeto y duelo por su pérdida.
El sitio, ubicado en la intersección de las calles Manuel Acuña y Yolar, luce desocupado. Ningún automóvil se estaciona ahí, y aunque la cruz de cal pintada en el pavimento ya comienza a desvanecerse, sigue presente como un recordatorio del trágico suceso.
En la plaza cercana, una cruz de fierro con su nombre adorna el lugar, rodeada de flores, colocadas por vecinos, amigos y clientes que aún no se reponen del impacto.
Fue durante la madrugada del pasado 19 de julio, cuando doña Lupe, de 77 años de edad, perdió la vida tras ser atropellada por Ramón "N", un conductor de 31 años que manejaba un vehículo deportivo a exceso de velocidad y en estado de ebriedad.
En ese momento, la mujer terminaba su jornada laboral y se disponía a guardar su equipo en la combi en la que diariamente llegaba para ofrecer los populares "tacos de la Mayo".
A pesar de que la plaza ha retomado su movimiento habitual, el espacio que ocupaba la taquería improvisada sigue siendo símbolo de ausencia.
La comunidad, en un gesto espontáneo de respeto, evita ocupar el sitio, manteniéndolo como un pequeño altar en memoria de la vendedora.
Hasta el momento, no se ha confirmado si la familia o los hijos de doña Lupe retomarán la venta de tacos en ese lugar, pero para muchos vecinos, su ausencia ha dejado un vacío no solo en el paladar, sino también en el corazón del sector.