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Coahuila

Durmiendo con coyotes

Por Azucena Tenorio - 10 abril, 2019 - 01:09 a.m.

Con temor, cansados y rodeados de coyotes fue como durmieron los siete jóvenes que se extraviaron en el cerro del Mercado, entre todos prendieron una fogata para que no se les acercaran los animales, como pudieron pasaron la noche y poder recuperar fuerzas para regresar a casa.

Los primos Casandra Suárez Ramírez, Miguel Ángel Sifuentes, Leonardo Daniel Suárez, Ángel Guadalupe Flores Sánchez, Brayan Eduardo Suárez Valdés, Jesús Leonardo Martínez de la Cruz y un amigo, Edson Hazael Saucedo Muñiz, se organizaron para subir al cerro el lunes por la tarde.

Ángel Flores Sánchez fue recibido por su mamá al regresar del cerro.

Llevaron consigo cinco litros de agua para todos, un machete, sueters y algunas cachuchas para cubrirse del sol, emprendieron el camino a las 4:00 de la tarde por una brecha ubicada en el libramiento Carlos Salinas de Gortari, en el semáforo por donde entran los yukles.

Caminaron más de tres kilómetros cuando la noche los sorprendió, no pudieron encontrar el camino de regreso y uno de ellos llamó al 911 para que los encontraran. Al no poder acercarse las autoridades municipales, buscaron un lugar donde hubiera muchas piedras, más allá de la montaña de escoria.

“Mis primos me cuidaron siempre”, comentó la joven Casandra Suárez.

Casandra Suárez comentó que tuvieron que encender una fogata para ahuyentar a los coyotes y otros animales rastreros, todos estaban alrededor del fuego para que los animales no se acercaran y se cuidaban unos a otros. Señaló que por la noche no sabían dónde pisar y estaban en un lugar alto, tenían miedo de caerse y matarse.

“Evitamos la tierra para que no nos picaran los alacranes o víboras, como a las 2:00 de la mañana los coyotes estaban más cerca de nosotros pero hasta ahí llegaron, mis primos me cuidaron siempre y alrededor de las 6:00 se fue aclarando el cielo, nos despertamos para regresarnos”, dijo.

Leonardo Suárez esperaba a sus amigos mientras se recuperaba del trayecto.

Los siete jóvenes no comieron nada y los cinco litros de agua se los acabaron rápidamente, lo describió como una experiencia divertida y a la vez temerosa, lamenta que no hayan encontrado con la capilla de la virgen de Guadalupe.

Miguel Ángel y Leonardo Suárez fueron los primeros en bajar por su propio pie entre las 9:00 y 10:00 de la mañana, estaban desesperados de haber pasado más de diez horas en el cerro, caminaron un buen tramo y cuando voltearon al sendero no encontraron a sus otros amigos, pero decidieron continuar aunque estaban cansados y deshidratados.

La señora Sara Flores y otros familiares los esperaban en el libramiento, después que los jóvenes fueron atendidos por los paramédicos fueron a abrazarlos y dieron gracias a Dios porque regresaron sanos y salvos.

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