Cualquiera que vea las bolsas de red se remonta al pasado y nace la nostalgia al recordar a las abuelas cargando en ellas el mandado, Aurelio Lucio Atilano Galindo monclovense de corazón intenta colaborar en el cuidado del medio ambiente y al mismo tiempo obtener recurso que le permita seguir viviendo con la venta de estas bolsas ecológicas.
Con la prohibición de las bolsas de plástico en centro comerciales, mercados y tiendas de conveniencia, la gente ahora está buscando las bolsas que se dice “eran de la abuelita” con las que iban al mercado y ponían ahí “el mandado”.
Aurelio de 56 años de edad, se instaló en calle Juárez justo afuera de la Hacienda para vender sus bolsas, aprovechando que la gente acude para hacer sus compras.
Don Aurelio sacó adelante a sus hijos, que son unos profesionales.
Señaló que la venta está estable, no es buena pero tampoco mala, pues al día vende por lo menos unas 15 bolsas y si bien le va, llega a vender 20 bolsas.
Es originario de Estado de México donde vivió por muchos años, allá sus padres Luis y Justin hacían lo mismo, vender este tipo de bolsas, además de sombreros y otros artículos. Desde hace 35 años Don Aurelio llegó a Monclova en donde ha hecho su vida, al oriente de la ciudad en la colonia San Miguel.
“La gente de Monclova es muy buena, solidarios, aunque de todo hay, depende mucho de cómo se porte uno también”, señaló mientras vendía su producto.
Señaló que las bolsas son de red, es un plástico exclusivo para cosas pesadas, actualmente la mayoría de gente todavía nos las compra pero tiene confianza en que dentro de par de meses se venderán más, porque para entonces ni un comercio ofrecerá bolsas de lo contrario pueden ser acreedores de una multa.
Las trae de la Ciudad de México.
Los tamaños y precios varían, hay de 40, 50 y hasta de 60 pesos las más grande, la gente compra de acuerdo a sus posibilidades a veces se llevan solo una, pero hay personas que le han comprado hasta 4 bolsas.
No es la primera vez que Aurelio vende productos en las calles, antes lo hizo con la venta de sombreros, esto le permitió sacar a sus hijos adelante, ahora tiene tres profesionales, un abogado, un administrador de empresas y un ingeniero en sistemas computacionales.
Pero él quiere seguir haciendo esto que le gusta, seguir en la venta para tener el contacto con la gente pues es muy conocido, ya que su trabajo le ha permitido hacer muy buenas amistades.
Don Aurelio dijo estar bien convencido de que cuando se hace un trabajo honorado, a la gente le va bien en la vida, pues él es un ejemplo de que querer es poder y que es solo mediante el trabajo que se obtendrá lo que se quiere.
Señaló que en muchas ocasiones no lo dejan vender, la gente se enoja cuando se instala en algún lugar y hasta lo han llegado a correr, lo único que él hace es retirarse del lugar y seguir confianza en que Dios le permitirá continuar con sus ventas.
“El trabajo honrado es lo más correcto en la vida, aquí voy a estar, a veces me muevo de lugar pero siempre ando aquí en la Zona Centro desde las 9:00 de la mañana y a veces hasta las 5:00 o 6:00 de la tarde para los que me quieran comprar”, señaló.