En estas celebraciones de Año Nuevo y Navidad, muchas familias se esfuerzan por ofrecer una cena festiva y dar los mejores regalos. Sin embargo, Valentín Bustos, pastor de la Iglesia del Pueblo, ha expresado su preocupación por un aspecto alarmante que pasó desapercibido, la falta de atención hacia los seres queridos que luchan contra adicciones y problemas de salud mental.
"Me quedé sorprendido esta Navidad al ver cómo muchos se enfocaron en lo material, pero se olvidaron de dar el mejor regalo: la salvación y sanación a aquellos que más lo necesitan", comentó Bustos.
Esta actitud refleja una profunda indiferencia humana y una falta de amor al prójimo. La necesidad de reconocer el estado actual de las personas y ofrecer ayuda no solo en el ámbito de la adicción, sino también en el psicológico, es importante.
Desde el inicio del mes de diciembre, Bustos ha abordado temas como la depresión y la ansiedad, que pueden llevar a situaciones extremas como el suicidio o la adicción. "Podemos invertir en cualquier cosa, pero no queremos invertir en sanidad y salud. Hay una evidente falta de empatía y amor", añadió.
La realidad es preocupante; hay un enfriamiento en los valores familiares, la sociedad observa con desdén situaciones desgarradoras, como ver a un niño de 11 o 12 años consumiendo drogas en la calle. "Para muchos eso causa risa, mientras otros se preguntan dónde están los padres", lamentó.
Como sociedad empática, es vital no solo observar sino actuar. "No podemos quedarnos parados; debemos acercarnos a esos niños, ofrecerles apoyo psicológico y económico, e investigar el estado de sus familias", instó.
La responsabilidad no recae únicamente sobre las familias, sino también sobre la comunidad en su conjunto y especialmente sobre los líderes religiosos.
Bustos enfatizó que aquellos dentro de las asociaciones religiosas deben predicar con acciones concretas. "La oración es importante, pero la acción es aún más esencial. Si realmente nos reuniéramos para tocar puertas y ofrecer terapias familiares y espirituales, podríamos generar un cambio significativo", propuso.
Finalmente, hizo un llamado a la reflexión: "Hay una negación general sobre nuestros problemas familiares. Debemos trabajar el doble en 2025 para reconocer nuestras áreas de oportunidad y mejorar".
Con un mensaje de esperanza, concluyó que a Monclova le puede esperar algo muy positivo si todos se unen para abordar estos desafíos con amor y compromiso.
Esta Año Nuevo y Navidad nos recuerda que el verdadero regalo radica en cuidar y apoyar a quienes más lo necesitan.