En una jornada marcada por el romance y la camaradería, los verdaderos triunfadores fueron los floristas, restaurantes y vendedores ambulantes de Monclova en el Día del Amor y la Amistad.
Desde las primeras luces del día, las calles del primer cuadro se animaron con la actividad febril de aquellos que buscaban hacer de este día una experiencia memorable para sus seres queridos.
Víctor Garay, comerciante ocasional, compartió sus impresiones sobre esta festiva jornada. "La mañana empezó lenta para nosotros", admitió, "pero confiamos en que la tarde nos recompensará. Tenemos una variedad de productos, desde peluches hasta flores, listos para hacer felices a nuestros clientes".
Mientras tanto, las florerías establecidas fueron el epicentro de la emoción, con filas de clientes ansiosos aguardando para seleccionar el arreglo perfecto para sus parejas. Algunos establecimientos, anticipándose a la demanda, abrieron sus bodegas para ofrecer ramos preparados, agilizando así el proceso de elección.
En las oficinas principales, expertos floristas se dedicaron a crear arreglos personalizados, satisfaciendo los gustos más exigentes. La Zona Centro de Monclova se llenó de parejas que platicaban en la Plaza Principal así como grupos de amigas que decidieron convivir y pasar momentos agradables.
La sinfonía de amor y amistad se extendió también a los restaurantes, donde parejas y grupos de amigos se deleitaron con exquisitas comidas y delicados postres.
En este Día del Amor y la Amistad, la ciudad se vistió de color y alegría, gracias al esfuerzo y dedicación de aquellos que hicieron posible que cada gesto de afecto se convirtiera en un momento inolvidable.
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Parejas de novios decidieron celebrar el día en la Plaza Principal de Monclova.
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Como buenos mexicanos, compraron los regalos de último momento.
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Grupos de amigas decidieron recorrer la Zona Centro y pasar un rato agradable.
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