Este miércoles dio inicio la Cuaresma en la Iglesia Santiago Apóstol con la tradicional imposición de cenizas, un signo que recuerda a los fieles su fragilidad y la necesidad de prepararse espiritualmente para la Pascua. Monseñor Néstor Martínez, párroco de la iglesia, explicó que este periodo de 40 días es un llamado a la conversión y a la renovación de la fe en Cristo, quien ha vencido a la muerte.
"El signo de la ceniza nos recuerda que fuimos creados del polvo y al polvo volveremos, pero en Cristo encontramos la vida eterna. La Cuaresma es un tiempo para detenernos y reflexionar si estamos caminando en la dirección correcta", expresó Monseñor Martínez durante la homilía.
Asimismo, el párroco exhortó a la comunidad a vivir este tiempo litúrgico a través de la oración, el ayuno y la limosna, prácticas que ayudan a fortalecer el espíritu y a reenfocar la vida hacia Dios. "Privarnos del alimento es también una forma de disciplina y mortificación que nos permite evaluar nuestras prioridades y acercarnos más al Señor", destacó.
Finalmente, Monseñor Martínez recordó que la Cuaresma es una oportunidad para el crecimiento espiritual y la preparación para la Pascua, la celebración más importante de la fe cristiana. "Que este tiempo nos ayude a renovar nuestra fe y a celebrar con gozo la resurrección de Cristo, fuente de nuestra esperanza y salvación", concluyó.