“Lo golpearon peor que un animal, que Dios los perdone por todo eso que hicieron”, externó el papá de Mauro Noé Villalobos Flores, quien padece de sus facultades mentales luego de caer en el alcohol y las drogas, además de presentar problemas para comunicarse.
Fue a las 11:40 de la mañana cuando dio inicio la audiencia en contra de su hijo, sin embargo, se les pidió a sus padres Mauro y Laura que se retiraran de la sala, por lo que esperaron en la sala de prensa, donde Periódico La Voz pudo obtener la siguiente información.
Externaron que cuando Mauro tenía 19 años se cambiaron de colonia, de la Libertad a la colonia Emiliano Zapata, el joven era muy responsable, tenía un trabajo, amigos y una novia, pero al terminar con ella recayó en el alcohol y en las drogas.
Sus padres se dieron cuenta que todo eso afectó su forma de comunicarse, es difícil que les responda preguntas o que sea social. Por eso lo internaron en un centro de rehabilitación llamado Escudo de la Salvación durante cuatro meses, luego lo sacaron al enterarse que maltrataban a los internos.
Esto generó un rencor en Mauro, quien estuvo dos meses sobrio y volvió a recaer en el alcohol a tal grado de robarles artículos a sus padres para poder pagarse las bebidas embriagantes. Luego lo llevaron con un psicólogo del DIF Municipal de Castaños, quien les dijo que el haberlo ingresado en ese centro le causó más daño y lo revisaría para ver si requería ser trasladado a un centro de integración de Saltillo.
“Nosotros estábamos arreglando para llevárnoslo a Saltillo y claro que no justificamos la acción, pero no era la forma de hacerlo, lo golpearon peor que a un animal”, dijo su padre.
La mañana de ayer pasaron a verlo y llevarle comida, pero no los dejaron hablar con él en ningún momento, pudieron notar que su cabeza estaba muy hinchada y amenazaron con demandar a las personas por la forma en que lo trataron y lo exhibieron.
“Si trae secuelas será por los golpes que recibió, solo alcanzó a decirnos que se mareaba, quisiéramos proceder, no nos vamos a quedar con las manos cruzadas”, externó su mamá Laura.
Por último, su padre mandó un mensaje a los vecinos: “Que Dios los perdone por todo eso que hicieron y le están haciendo aún, a las demás personas les digo que no juzguen sin saber cómo sucedieron las cosas”.
