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Coahuila

Motos ISLO: Pasión en dos ruedas

Las primeras 100% mexicanas de fabricación orgullosamente saltillense, aquí el nacimiento de la historia de uno de los grupos más importantes de Coahuila.

Yolo Camotes
Por Yolo Camotes - 14 julio, 2021 - 09:55 p.m.
Motos ISLO: Pasión en dos ruedas

Montar una motocicleta es un placer físico y emocional, una mezcla de ansiedad y adrenalina, pero sobre todo libertad.

Casi todos, conocemos las legendarias marcas de motocicleta como Harley Davidson o las excitantes Ducati, pero hace algunas décadas en México eran escasas.

Recordar que durante el mandato de Miguel Alemán se prohibió la importación de motocicletas de más de 350 centímetros cúbicos con el supuesto fin de defender la inexistente industria automotriz.

En esa época existió un empresario con visión de negocios, pero sobre todo de interés social que logró llenar ese espacio.

Nos referimos al saltillense Don Isidro Lopez Zertuche, creador de la famosa marca de motos ISLO, la primera 100% de fabricación mexicana que inicialmente movió a repartidores y cobradores.

Existen muchos mitos sobre la marca ISLO, y a pesar de lo que pueda decirse sobre ellas, demostraron que “lo hecho en México, está bien hecho”.

Motos ISLO fue la primera fábrica de motocicletas de América Latina, fundada en 1955 en la ciudad de Saltillo, Coahuila.

La historia de la Moto ISLO va más allá y está entramada en una serie de empresas y aventuras que son dignas de relatar.

Don Isidro López Zertuche nació el 26 de abril de 1892 en Saltillo y fue el primogénito de los ocho hijos del matrimonio de Isidro López y María Zertuche.

Después de haber terminado su carrera comercial, López Zertuche comenzó a laborar en el negocio de su padre llamado Representaciones Isidro López.

Se encargaba de la distribución de diversos artículos por catálogo donde trabajó hasta los 18 años, año en que murió su padre.

Después pasó a laborar como Contador en “Casa Comercial Dámaso Rodríguez e Hijos”, donde conoció a quienes serían sus amigos de toda la vida: Nazario Ortiz Garza y Segundo Rodríguez Narro.

Los tres se encargaron de llevar la contabilidad del negocio hasta 1914 cuando las fuerzas revolucionarias confiscaron la tienda.

Nuevamente sin trabajo, lo único a su favor era su experiencia y un pequeño capital que había guardado, por lo que en 1914 decide fundar su propio negocio.

Con apenas 22 años crea una Ferretería y Tlapalería que compró con sus ahorros y un préstamo de 800 pesos.

Inmediatamente, incorporó a sus hermanos Carlos y Ricardo, llamando al negocio Isidro López y hermanos.

Adelantándose a su tiempo, López Zertuche estaba convencido de las ventajas que ofrecían un negocio en sociedad y estableció relaciones mercantiles con Vicente Adalpe y José García Narro para crecer dentro del ramo ferretero.

El “Chato” López como le decían sus amigos, estaba satisfecho de sus logros como comerciante, pero al mismo tiempo tenía la inquietud de empezar a fabricar algunos de los artículos que vendía el negocio cuya razón social y había cambiado a Ferretería del Norte.

Don Isidro López Zertuche y sus hermanos Carlos y Ricardo, fundaron la fábrica de artículos de metal laminado Isidro López y hermanos, conocida como “el aluminio”.

Comenzaron modestamente, con un empleado, cinco operarios y un pequeño troquel, fabricando por primera vez en México tubos y codos de fierro.

Los productos causaron tal revuelo que los hermanos López Zertuche decidieron comprar maquinaria para diversificar e incrementar la línea de producción.

Viajó a Michigan, Estados Unidos para comprar una prensa de la Bliss Company que era lo más avanzado del momento, pero las ventas eran de riguroso contado.

Después de 20 días de persistencia, logró que el director general de la Bliss Company autorizar la primera venta a crédito.

A don isidro más tarde se le ocurrió a producir utensilios domésticos de aluminio como cacerolas, tinas, baños para lavadero y planchas.

Así que comenzó hacer pruebas para fabricarlas, sus amigos y familiares pensaron que se había vuelto loco, ya que les resultaba difícil aceptar que quien en ese entonces había destacado por ser un talentoso empresario, de pronto hubiera perdido la cordura dedicando tiempo y dinero a un proyecto supuestamente sin sentido.

Al lado de Cipriano Martínez, trabajó días y noches durante siete meses hasta obtener una olla lisa y perfectamente acabada.

A partir de entonces, el negocio pudo crecer de manera exponencial, arrancando la Compañía Industrial del Norte (CINSA), semilla de lo que hoy es el Grupo Industrial Saltillo.

Incursionó después en la fabricación de molinos de granos, planchas de hierro, porta viandas y estufas de gas natural.

La segunda guerra mundial trajo consigo la escasez de aluminio, pero nuevamente el “Chato” López, supo salir adelante fabricando utensilios de peltre que fueron exportados a Estados Unidos para ser empleados por el ejército en la Segunda Guerra Mundial.

Después vinieron otros negocios, como Brochas y Cepillos Éxito en 1942, el Banco Mercantil de Coahuila en 1944, Molinos el Fénix en 1947, en 1955 constituyó la Financiera del Bravo Sociedad Anónima y ese mismo año creó Compañía Fundidora del Norte conocida como Cifunsa Planta 1 donde se hace el proceso de fundición de hierro gris maleable.

El 8 de diciembre abrió sus puertas Compañía General de Bienes Raíces y Construcciones Sociedad Anónima.

Gracias al éxito de sus empresas, López Zertuche disfrutaba de una vida desahogada y ya era catalogado en aquellos días como uno de los hombres más ricos de la región, pero tenía ideas muy particulares sobre el destino que se le debía de dar al dinero.

Así se lo dijo a su hijo: “Uno como empresario debe vivir bien, procurar a la familia un bienestar, a los hijos un crecimiento sano en un ambiente en el que nada falte para su formación, pero lo demás son lujos y diversiones sin sentido y eso acaba con los dineros de cualquiera, así que hijo, busca también ayudar a los demás, ahí está la riqueza más grande”.

Pero no todo era éxito, las envidias también estaban a la orden del día y el 5 de noviembre de 1946, los trabajadores de CINSA iniciaron una huelga.

El Gobernador de Coahuila Ignacio Cepeda Dávila, le aconsejaba ceder a las presiones de los líderes del sindicato, los cuales solicitaban la disolución de la empresa y la creación de una cooperativa.

Eran tiempos de socialismo rampante, apoyado por el Gobierno Federal que a su vez era apoyado por el vecino país del norte en la creación de un estado mexicano semi socialista.

Don Isidro desechó esta idea que le causó uno pocas noches sin sueño, sus hijos Javier a Isidro junior, señalaron que jamás vieron a su padre con tanta pesadumbre y tristeza.

Su padre estaba convencido que las órdenes de crear problemas venían de arriba, pues don isidro nunca vio con simpatía a los hombres de la política, especialmente del partido en el poder.

Don isidro decidió viajar a la Ciudad de México y después de entrevistarse con algunos altos jerarcas sindicales y funcionarios representantes del pueblo, mágicamente llegó la determinación de levantar las banderas rojinegras el 22 de diciembre de ese mismo año.

López Zertuche era un hombre inquieto que definitivamente no encajaba en la tranquilidad y mentalidad de su tiempo.

Cuando una idea lo inquietaba, nadie podía detenerlo, ni siquiera su esposa Ana María del Bosque con quien compartió su vida y sus desvelos durante 35 años.

Lo único que Don Zertuche pedía sus empleados era trabajo, puntualidad y honradez.

NACE MOTOS ISLO

En sus constantes viajes por el país se dio cuenta que los negocios de las ciudades y pueblos eran abastecidos por distribuidores que aún empleaban mulas o burros para jalar carreteras de carga.

Tener un automóvil era prohibitivo económicamente y mucho menos poseer un camión de reparto, por lo que Don Isidro pensó en fabricar un vehículo económico y versátil, accesible para todos.

En 1956 haría historia al lanzar al mercado la primera motocicleta producida en el país por trabajadores mexicanos. Motos ISLO abreviatura de Isidro López.

En sus inicios se fabricaron motocicletas de trabajo muy duraderas y para uso personal, comúnmente conocidas como motos de tortilleros, cartero y de lechero.

Eran de 50 centímetros cúbicos y motonetas 175 centímetros cúbicos.

En sus inicios y Isidro López utilizó motores y componentes Franco Morini y Sacs alemanes.

Posteriormente se fabricaron motocicletas de 250 centímetros cúbicos tipo enduro, conocidas como cooper en dos versiones, una de cuatro y otra de cinco velocidades, ambas con freno de tambor.

La cooper se caracterizó por ser una moto potente, rápida y duradera, posteriormente se fabricó un prototipo de 350 centímetros cúbicos tipo cross, pero que jamás llegó a producción masiva, pues no tuvo mucho éxito por ser muy pesada y costosa.

Don Isidro no deseaba vender productos para unos pocos, aún si éstos fueran muy redituables.

Isidro Junior recuerda que en su época de juventud y cuando estaba a punto de graduarse como Ingeniero, decidió abandonar la carrera y así se le respondió su padre:

“Las consecuencias de lo que cada uno hacemos bien o mal, las tiene uno que sobrellevar por sí mismo, no más que aquí en la casa yo no quiero holgazanes, si tú no quieres seguir estudiando está bien, no lo hagas, pero tendrás que ponerte a trabajar”.

El joven inmediatamente él dijo que trabajaría en CINSA a lo que su padre le dijo: “Así mi hijo? pues ve haciendo tu solicitud de empleo, porque tendrás que trabajar como todos los demás y serás un empleado como cualquier otro”.

Isidro juniors lo hizo y comenzó desde abajo, su padre prohibió estrictamente a todos los empleados tratar a su hijo de manera diferente, así, con trapeador escoba y después como operador, Isidro juniors pasó en tiempo como un empleado más de CINSA.

Transcurridos algunos meses, después le informó a su padre que siempre sí deseaba continuar con su carrera como profesionista.

Su preocupación por el bien de los demás lo llevó a poner su dinero donde estaban sus ideas morales, fundando el Colegio de México donde se daba instrucción primaria, secundaria, artes y oficios.

También presidió el Patronato del Asilo para niños y huérfanos abandonados y decía que una niñez abandonada es como el mismo México fuese abandonado.

En mayo de 1959, tan solo unos días antes de morir a causa de un padecimiento cardiaco, López Zertuche recibió una de las noticias más gratas de su vida como empresario; Estados Unidos solicitó a CINSA dos vagones completos de estufas de gas natural.

Si bien exportar, no era novedad para él, pues ya tenía años haciéndolo a centro y Sudamérica, él dijo lo siguiente en una de sus últimas entrevistas: “Me parece estar viviendo una historia fantástica de Julio Verne, porque es motivo de orgullo para México ver que nuestros productos se abren paso en Estados Unidos, demostramos al mundo que en México si hay calidad y buenos productos 100% nacionales”.

Don Isidro López Zertuche falleció en el año de 1959 víctima de un paro cardíaco a los 67 años de edad dejando a su hijo Isidro López del Bosque ahora Ingeniero, al frente de los negocios de su padre, junto con su hermano dirigiría por muchos años el emporio que su padre le legó.

El ingeniero Isidro junto con su hermano Javier decidieron que una de las mejores maneras de honrar la memoria de su padre, era continuar con la creación de motocicletas, ya no tanto como negocio, sino como homenaje.

Dirigieron la planta Motos Islo, la creación del equipo Moto Islo de Motociclismo en 1960, que obtuvo innumerables éxitos como ganar en San Angelo, Texas, la gran final hasta de 250 centímetros cúbicos con una moto Islo Morini de 175 centímetros cúbicos, estableciendo un tiempo récord por vuelta que no fue superado durante 10 años.

En ese evento su compañero Jorge Aristi ganaría la categoría de 175 centímetros cúbicos con una moto similar.

Para el año de 1963, Gilberto Romo quedaría como campeón nacional y Moto Islo se quedaría con el campeonato por marcas.

Los que participaron como pilotos en el equipo de la fábrica fueron Jorge Cázares, Gilberto Romo, Jorge Aristi, Enrique Hernández, Antonio Serrano y Jorge Algara.

Poco tiempo después se crearía el Premio Internacional de la Amistad, que durante varios años se realizaría en la Pista de Lomas de Lourdes en Saltillo.

Además de las motos de trabajo y de la Cooper, ISLO también fabricó el modelo Amex que se adaptó para motocross y pista y también un modelo para trial de motociclismo de 200 centímetros cúbicos con las iniciales GRM Rapidín Racing Motorcycle en el tanque de la gasolina.

En mayo de 1971, arrancó operaciones la planta ISLO Honda que fabricaría los motores ISLO Honda.

El 22 de diciembre de ese mismo año, entraría en funcionamiento la planta maleable de Cifunsa, Cifunsa planta 2, considerada la más moderna de su tipo en América Latina.

En 1976, el ahora Grupo Industrial Saltillo se convirtió en una empresa pública comenzando a cotizar en la bolsa de valores, muy lejos de lo que fuera una sencilla empresa local establecida por don López Zertuche en la década de los años 20.

En el año de 1982, debido a la crisis económica causada por las políticas financieras desastrosas de quienes administran el dinero público, los costos de producción de las motos ISLO se dispararon, por lo que el precio final al consumidor sería muy prohibitivo y dejaría de ser el vehículo para lo que Don Isidro originalmente ideó: un transporte económico y para el pueblo.

Es cuando se decidió dejar de producirla y enfocarse a la producción de transmisiones para lavadoras y lavadoras de la marca CINSA, esas azules que muchos conocimos.

Gracias a las malas políticas económicas, una marca de motocicletas auténticamente mexicana, se desvaneció en historia.

Afortunadamente su empresa matriz Grupo Industrial Saltillo, logró seguir adelante a pesar de crisis, huelgas fantasmas, impuestos arbitrarios, logró expandirse y diversificarse, convirtiéndose en una de las empresas más importantes de México que manufactura y comercializa distintos productos para la construcción, la industria automotriz y el hogar con ingresos brutos de aproximadamente 860 millones de dólares anuales y utilidades de 250 millones respectivamente.

Actualmente tienen presencia en China, Rusia, España, Estados Unidos e Italia, empleando más de 9 mil personas.

En el año 2003, Juan Carlos López Villarreal y Ernesto López de Nigris, nietos de don Isidro López Zertuche, asumieron el mando del Grupo Saltillo en sustitución de sus padres, Isidro y Javier López del Bosque.

Grupo Saltillo retuvo los derechos es de la marca ISLO por casi 20 años, es en el 2001 cuando decidió vender la marca al Grupo Motor Road, la cual adquirió también la marca Carabela, relanzándolas en el mercado mexicano, siendo ensambladas en México aunque ya no con piezas fabricadas en China.

El 23 de octubre del año 2004, Javier López del Bosque dejó este mundo, 4 años más tarde, el 5 de julio del 2008, su hermano Isidro también moriría.

Ambos no sólo dejaron un emporio consolidado, sino además hicieron crecer el legado de su padre Don Isidro, pero el legado más grande fue demostrarnos que con trabajo, honradez y calidad, si se puede salir adelante.

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    La historia de la Moto ISLO va más allá y está entramada en una serie de empresas y aventuras que son dignas de relatar.

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    Don Isidro López Zertuche, es el creador de la famosa marca de motos ISLO.

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    La cooper se caracterizó por ser una moto potente, rápida y duradera, posteriormente se fabricó un prototipo de 350 centímetros cúbicos tipo cross, pero que jamás llegó a producción masiva, pues no tuvo mucho éxito por ser muy pesada y costosa.

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    Las motocicletas marcas ISLO son orgullosamente hechas en Saltillo.

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