En las últimas dos semanas, Monclova y Frontera han sido el paso de aproximadamente 300 migrantes, quienes buscan un futuro mejor. Ayer llegó un nuevo grupo de 25 personas, provenientes de Venezuela y Honduras. Entre ellos se encontraban bebés, niños y adultos mayores, todos en busca de una vida digna.
Rodolfo Camacho, encargado de comunicación de la Iglesia Verbo Encarnado, destacó que el incremento en el flujo migratorio ha sido notable desde la semana pasada, con grupos que llegan a contar entre 20 y 30 personas diariamente.
"Hemos visto familias completas, así como aquellos que vienen solos o parejas, de nacionalidades guatemaltecos, cubanos, centroamericanos, colombianos, venezolanos y hondureños", comentó Camacho.
Al recibir a estos migrantes, la iglesia proporciona alimento, higiene y un lugar para descansar antes de continuar su camino.
Aunque algunos deciden quedarse un par de días, muchos prefieren partir durante la noche o al amanecer para abordar los vagones del tren hacia el norte del estado.
La mayoría llega en condiciones adecuadas, aunque cansados, buscando alcanzar Estados Unidos para solicitar asilo político debido a la grave crisis que enfrentan en sus países de origen.
Ante la posible llegada de más migrantes, se hace un llamado a la población para brindar apoyo con alimentos, bebidas, ropa, cobertores y calzado.
La comunidad ha respondido generosamente; los feligreses han donado comida, agua y artículos de higiene personal. "Aquellos que deseen contribuir a la solidaridad con nuestros hermanos migrantes pueden dejar sus donativos aquí en la iglesia", agregó Camacho.
La situación sigue siendo crítica y la ayuda comunitaria es esencial para ofrecer un respiro a quienes buscan una nueva oportunidad en tierras lejanas.