La iglesia católica hizo un llamado a la población a ser felices, pero no de manera individual, sino compartir la felicidad con las personas que nos rodean, logrando la felicidad a través de las enseñanzas de Dios, y no en los bienes materiales.
En el marco de la celebración del Día del Amor y la Amistad, el párroco Eduardo Neri Frías hizo un llamado a la población a ser felices, y esforzarnos para que los demás sean felices y luchar para hacer a un lado todas las cosas que no permiten al ser humano alcanzar ese estado de felicidad.
Señaló que los seres humanos podemos ser parte de las condiciones que no permiten alcanzar la felicidad, cuando por nuestro egoísmo, ira, avaricia, soberbia, no dejamos que sea Dios, el centro y el que orienta los pensamientos, decisiones, nuestras actitudes, y nos dejamos llevar por las tendencias, modas, criterios humanos, cuando no están en armonía con los criterios de Dios.
Mencionó que cuando las personas se dejan dominar por estas condiciones, es fácil perder el rumbo y salirse del camino y hacer que otras personas se salgan del camino también, porque no sólo las palabras influyen, también nuestros actos y esto influye sobre todo a las personas que se encuentran más cerca, la familia y amigos.
“Recordemos que la felicidad no es algo que está hecho sólo para mí o para ti, sino para todos, la felicidad es una gracia que se recibe de Dios para ser compartida con los demás, en cada uno de nosotros”.
El párroco hizo un llamado a la alianza de amor con Dios, a seguir su camino y aprender a escuchar a Dios en su oración, en su palabra, y encontrar la verdadera felicidad y no una felicidad momentánea que se genera con las cosas temporales, materiales, y que ocasionan que se pierda de vista el valor de la dignidad y la trascendencia que tenemos los seres humanos.