Es un secreto a voces que Junior N “Wedding Planner” fue una pieza importante para que el propietario del salón de eventos sociales “Toldos” se fuera prácticamente a la quiebra y decidiera poner venta a su establecimiento, el joven falsificó su firma en muchos recibos de eventos que se realizarían en el lugar y no reportaba el dinero, fue un fraude millonario.
Fue hace algunos días que se dio a conocer que Junior N no aparecía por ningún lado, su aun esposo fue quien interpuso el reporte de su no localización y empezó la búsqueda y con esto estalló la bomba.
El joven del que no se sabía nada fue constantemente señalado por incumplimiento de contrato, por estafa, por algunas parejas de novios que contrataron de sus servicios y a quienes sin explicación alguna, los dejó a la deriva en el día especial, en sus bodas.
Recientemente se dio a conocer que muchas de estas parejas decidieron realizar la boda de sus sueños en el salón Toldos ubicado sobre el bulevar Harold R Pape a la altura del boliche donde trabajaba Junior.
Era Junior quien atendía a los novios y tras llegar a un acuerdo, el mismo recibía el dinero para ir adquiriendo las cosas necesarias para la boda, pero el organizador se quedaba con el dinero y no reportaba nada.
Cuando se acercaba la fecha de alguna de las bodas, Junior N cobraba parte del dinero de otros eventos programados y lograba salir del apura, “cavaba un pozo para tapar otro”.
El problema fue cuando descubrieron en el salón algunos recibidos falsificados, era como sí el dueño hubiera recibido grandes cantidades de dinero pero no fue así, tras esto hubo una fuerte discusión entre ambos y el resto de los empleados se enteró.
Llegaron a un acuerdo legal del cuál ninguna de las dos partes ha querido hablar, el propietario del salón encontró más y más estafas, se habla de que incluso fue una estafa millonaria tanto que Junior N tuvo que dejar su vehículo como garantía.
Tras los enjuagues del weadding planner los mismos empleados del salón de fiestas lograron comprender por qué Junior N aparentaba una vida de rico pues junto con su pareja logró ampliar una vivienda de dos pisos, con muebles de lujo, pero además los viajes dos, tres y hasta cuatro veces al año patrocinados por él, sin contar los vehículos de lujo.
Al parecer el joven también quedó mal en el salón “Atempo” pues se habla de que incluso tuvo que dejar como garantía bases de flores y equipo con el que trabajaba en los eventos que organizaba.
