Monclova, Coah.- Televisiones, ropa usada, electrodomésticos, herramientas... objetos personales que alguna vez llenaron hogares con estabilidad hoy se ofrecen al mejor postor sobre mantas extendidas en las pulgas de Monclova. No es comercio, es supervivencia.
A más de dos años del paro técnico de Altos Hornos de México (AHMSA), decenas de extrabajadores han terminado rematando sus bienes más preciados en tianguis como la Pulga de la Lechería. Lo que alguna vez fue símbolo de progreso y empleo en la región, hoy arrastra a sus exobreros a la venta desesperada de lo que tienen en casa.
"Es triste ver a la raza de AHMSA vendiendo sus cosas, lo que tenían en su casa, tratando de sacar algo para comer. Te traen ropa, teles, hasta sus herramientas de trabajo", relata Mary Carranza, coordinadora general de la Unión de Comerciantes Ambulantes. "Les doy espacio donde puedo, porque no hay de otra. Aquí andamos todos sobreviviendo".
La escena ya es cotidiana: antiguos obreros de la acerera llegan con bolsas cargadas de pertenencias personales, buscando un rincón en las fayucas para ofrecerlas por unos cuantos pesos. Algunos incluso regresan de Estados Unidos tras ser deportados, con lo poco que pudieron cargar.
Las ventas han caído para todos. Mary lo sabe bien: antes sacaba entre mil y mil 500 pesos al día. Hoy, con suerte, llega a 300. A veces, nada. "Tuve que cerrar el local que tenía desde hace 17 años. Ya no salía ni para la renta", confiesa.
Pero más allá de las cifras, lo que se siente en las calles de Monclova es el desmoronamiento de una comunidad que dependía de AHMSA para vivir. Ya no hay empleo fijo, ni estabilidad, ni certidumbre. Solo hay competencia por vender lo mismo, por encontrar un cliente, por sobrevivir otro día.