Familiares de Julio César Ramos Chávez, ex interno del anexo Sanaréh, han formalizado una denuncia ante el Ministerio Público por presunto maltrato dentro de las instalaciones del centro de rehabilitación.
Esperanza Chávez, madre de Julio César, expresó su indignación y la búsqueda de justicia para su hijo. Según sus declaraciones, a pesar de los sacrificios económicos que realizaban para pagar la estancia de Julio en el centro, éste pasaba poco tiempo dentro de sus instalaciones.
"Mi hijo fue sometido a castigos inhumanos, siendo esposado de pies y manos, y privado de alimentación adecuada", afirmó la madre angustiada. "Nosotros pagábamos mil 500 pesos cada semana con la esperanza de que recibiera la ayuda necesaria, pero en lugar de eso, sufría abusos y humillaciones."
Chávez detalló las condiciones inaceptables a las que, según su hijo, era sometido. "Lo obligaban a realizar sentadillas como castigo por tomar una tortilla, y su comida consistía en una sopa de fideo y dos tortillas, que ni siquiera le proporcionaban la nutrición adecuada".
Señaló que lo tenían trabajando de 5:00 de la mañana a 9:00 de la noche, construyendo un edificio donde el primer piso sería el anexo y en el segundo piso la casa del dueño. Debido al poco alimento y el trabajo exhaustivo, Julio se desmayó dos veces en la construcción.
La familia exige una investigación exhaustiva sobre las prácticas dentro del centro de rehabilitación Sanaréh y pide justicia para su hijo y para todos los internos que puedan estar sufriendo similares abusos.
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La señora estuvo acompañada de más personas en el Ministerio Público.
