Es la primera vez que Germa Heriberto Hernández García festeja el Día del Padre. Tras años de tratamientos y dos abortos involuntarios su esposa quedó embarazada del pequeño Sebastián, seis días después de dar a luz lamentablemente ella falleció a consecuencia del covid.
Ahora ese bebé es el motor que impulsa su vida, Germa es obrero en Altos Hornos de México, para él no hay mayor felicidad que llegar de trabajar y ver al pequeño Sebastián, lo recibe con una gran sonrisa y con ese brillo en sus ojos rasgados, es muy parecido a su madre Jhasel Vásquez López.
Nunca imaginó lo que era ser padre, fueron 12 años de matrimonio, varios años en tratamiento de fertilización in vitro y dos embarazos que lamentablemente no se concretaron. Cuando estaban por practicarle una inseminación artificial, sucedió el milagro de Dios, finalmente había llegado el bebé que tanto anhelaban.
Fueron 9 meses de cuidados intensos, llenos de alegría la pareja esperaba con ansias el nacimiento de Sebastián, hasta que llegó el día de conocer al pequeñito, producto del amor entre ambos.
Tras el parto, Jhasel empezó con malestares, se le notó un poco fatigada, agitada, pero ella insistía en que no tenía nada, su esposo decidió llevarla a consultar y les confirmaron las sospechas, estaba contagiada del virus.
La intención era llevarla a un médico particular, comprar tanques de oxígeno y lo necesario, la última opción siempre fue ingresarla a la clínica 7 por todo lo que se vivía en ese momento, a diario se anunciaban decenas de muertes, pero los médicos le recomendaron hacerlo.
Jhasel ingresó el 12 de enero, seis días después de haber dado a luz a su pequeño hijo, tenía miedo, pero entró con la esperanza de salir para regresar con su hijo, verlo crecer, disfrutar a su familia.
Él también se contagió pero los síntomas no fueron graves, mientras que su mujer estaba en el hospital, se aisló 15 días en casa, esperando el momento en que los tres pudieran estar unidos.
Un viernes por la mañana, recibió una llamada telefónica, era el doctor quien le llamó para comunicarle que era necesario colocarle un catéter central a su esposa, dijo que ella estaba consciente y que ya lo había autorizado, pero que también era necesaria la autorización de él.
Ese día Germa tuvo la oportunidad de hablar por teléfono con su esposa, lo primero que hizo fue preguntarle por su bebé, él le contestó que estaba bien y después le dio ánimos, le dijo que le echara ganas porque su familia esperaba su pronta recuperación.
A la mañana siguiente, volvió a recibir una llamada del hospital, le dijeron que acudiera a la clínica, les hizo saber que estaba aislado y le pidieron que fuera otro familiar, preguntó qué pasaba, pero no quisieron decirle, insistían en que era necesario la presencia de un familiar.
La madre de Germa acudió a la clínica, fue ella quien recibió la mala noticia, Jhasel había muerto entre las 8:00 o 9:00 de la mañana, por el parto sus defensas eran muy bajas por lo que no resistió.
La familia dudó en darle la noticia a Germa, no sabían cómo iba a reaccionar, pero era necesario hacerlo, su madre fue a verlo, entró a la habitación y le dio la noticia, él no podía creerlo un día antes habían hablado, ella estaba bien.
Muchas veces se ha preguntado ¿Por qué pasó esto?, ella era muy joven, tenía 39 años y soñaba con ser madre, cumplió su sueño pero lamentablemente solo fue por 6 días, ella hubiera sido la mejor mamá.
Germa mencionó que hoy, al ver a su hijo, ve a su esposa, mencionó que tiene sus gestos, sus modos, los ojos rasgados, sus pestañas, su boca, sus labios, todo, le recuerda a ella.
Le tocó echarle ganas por su hijo, tomó fuerzas de donde pudo porque ahora tiene alguien que depende de él, que observa sus pasos, hoy el papá primerizo trabaja para que no le falte nada y brindarle una buena educación.
Mencionó que es difícil estar solo con su hijo y agradeció infinitamente el apoyo que le brinda su madre Lidia y su hermana Delma, porque son ellas quienes se encargan del cuidado de Sebastián, pero a veces piensa en que si su esposa estuviera, todo sería diferente.
Lo único que quiere, es ser para su hijo, lo que un día su padre Pedro Hernández Chavarría fue para él, su padre falleció hace 6 años, pero le dejó un gran legado, le enseñó a trabajar, fue un muy buen ejemplo y eso es lo mismo que quiere heredar al pequeño Sebastián.
Poco a poco va superando lo que pasó, su amigo Martín Tovar es cristiano y aunque vive en Monterrey están en constante comunicación, ha escuchado en él la palabra de Dios, intenta aceptar las decisiones de Dios aunque esto sea doloroso.
Hoy el lugar más cálido, ameno, tranquilo es el hogar que formó junto a su esposa, pero su familia piensa que lo mejor es que continúe en la vivienda de su madre por un tiempo.
Él se siente fuerte y con muchas ganas de seguir adelante por su hijo, jamás ha pensado en cometer una locura como muchos lo han pensado, porque ahora Sebastián es su propia vida, no pretende ser el padre perfecto, pero sí un padre real, para darle sus brazos cuando lo necesite, para brindarle todo su amor y sus consejos.
