Lo que comenzó como una mañana escolar rutinaria en la primaria Minerva Ramos Rendón, ubicada en la colonia Obrera Sur Segundo Sector, se convirtió en una pesadilla para una familia.
La desaparición de una estudiante de cuarto grado encendió las alarmas y la movilización entre padres de familia, docentes, alumnos y Seguridad Pública, generando una ola de pánico que rápidamente se extendió más allá de los muros escolares. El temor más grande se hizo presente: ¿y si había sido raptada?
La desesperación no tardó en apoderarse de la madre de la menor, quien, con lágrimas en los ojos, veía cómo los minutos se volvían eternos sin noticias de su hija.
La escuela y sus alrededores fueron revisados, las calles que usualmente recorría la niña fueron rastreadas, pero no había rastro de ella.
La angustia se multiplicó con cada segundo que pasaba, y la búsqueda tomó un nuevo nivel cuando la fotografía de la pequeña comenzó a circular en grupos escolares de WhatsApp y audio desesperado, grabado por una madre de familia en el que pedía al resto de los papás colaborar en la búsqueda.
"Si alguien vio a la niña, o si uno de sus compañeritos la vio caminar con alguien, avisen, por favor. La mamá está aquí, desesperada, llorando. Ya recorrieron todo el rumbo donde ella camina y no aparece".
Las palabras entrecortadas y el tono de preocupación del mensaje hicieron eco en cientos de padres de familia, avivando el temor de que algo terrible hubiera sucedido.
Fueron momentos de incertidumbre antes de que llegara la respuesta que nadie esperaba: la niña había sido localizada sana y salva a bordo de una unidad de transporte escolar. Había subido por error a un camión que la llevó a una ruta diferente.
El alivio llegó, pero no sin dejar una sensación de indignación. Este incidente expuso la falta de control y vigilancia por parte de los maestros y autoridades escolares, quienes no advirtieron la ausencia de la menor ni tomaron las medidas adecuadas para garantizar la seguridad de los estudiantes.