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Coahuila

Tendría mi hijo 25 años, él me dijo que abortara

“Recuerdo que entramos, vi la casa vieja, el escritorio sucio, solo había un foco, el doctor traía una bata pero no traía camisa y yo con los tres mil pesos en la mano”.

Mónica Meza
Por Mónica Meza - 09 septiembre, 2021 - 11:48 p.m.
Tendría mi hijo 25 años, él me dijo que abortara
“No me arrepiento, no sé qué hubiera pasado”

Detrás del tumultuoso debate sobre el aborto hay experiencias personales, el sometimiento de un hombre machista, la falta de educación sexual, la falta de solvencia económica y nadie que te sostenga la mano, tras la aprobación del aborto, Regina Flores compartió su testimonio tras someterse a un aborto inducido.

Tenía 18 años cuando emigró de Monclova a Saltillo para estudiar, estaba en una casa de asistencia, era una joven introvertida a la que soltaron al mundo, conoció a un joven, que decía amarla, que juraba que harían una vida juntos al terminar de estudiar, él trabajaría y ella cuidaría a muchos niños que tendrían.   

No se hablaba para nada el tema de la sexualidad, era un tema tabú, que no se tocaba ni en los hogares, las mujeres de entonces tuvieron que esforzarse mucho para poder estudiar porque la mentalidad era que las mujeres no estudiaran o tomaran una carretera comercial.

“Hay que ver el entorno, como vives, como creciste y lo que aprendes, él era manipulador y yo sumisa, yo quería estudiar y ejercer, pero no me dejaba ni hacer trabajos en equipo, fue una lucha constante con él, supongo que estaba enamorada, fue mi primer novio, pero no sabía dónde poner una línea para saber que permitir y que no”, comentó Regina Flores.

Recuerda que se dormía a las 4:00 o 5:00 am estudiando, su familia hacía un gran sacrificio para darle estudio fuera de la ciudad aún y cuando la economía familiar no era muy estable, mientras que él constantemente le decía que al terminar de estudiar se casarían y ella se iría a casa a cuidar a los tantos hijos que tendrían.  

“No sé si llamarlo inocencia o ignorancia, un día no me llegó el periodo, me hice un examen y resultó positivo, yo dije bueno pues al final de cuentas ese era el plan, cuando le dije me dijo que no, un rotundo no y que buscaría un doctor”, señaló Regina que para entonces ya tenía 20 años.

Ella le dijo que adelantaran la boda y seguían estudiando, él dijo que no, dijo que  buscaría un doctor y que él lo pagaría, después de darle dinero, la dejó sola con un mes y medio de embarazo.

Regina recuerda que era jueves cuando fue a ese lugar clandestino, le pidió a una amiga que la acompañara, era el centro de Saltillo, era una casa vieja, sucia, húmeda, sin las condiciones de higiene, el día era lluvioso, frio y dentro de esa vivienda había dos cuartos que no contaba con las condiciones de higiene.

“Recuerdo que entramos, vi la casa vieja, el escritorio sucio, solo había un foco, el doctor traía una bata pero no traía camisa y yo con los tres mil pesos en la mano”.

Eran tantos sentimientos encontrados, ella sí quería tener al bebé, pero él no, ella no tenía fortaleza para defender a ese ser, no podía decirle a su familia que estaba embarazada porque su mamá siempre le dijo que no quería que saliera embarazada.

Entonces empezó el interrogatorio, edad, peso, alergias, entre otras cosas, después le dijo que pasara al segundo cuarto donde había solo una plancha, nada de equipo médico, solo “La cuchilla” para hacerle el legrado.

Le pidieron que se desvistiera y se pusiera la bata, había una enfermera, se acostó y empezó el procedimiento, la anestesia fue local.

“Fue muy doloroso, fue muy doloroso, porque quien sabe sí me pusieron anestesia, solo usaron como un cuchillito para raspar, se tardó mucho, parecía eterno”.

Ella gritaba, se quejaba y lloraba, mientras el doctor hacía su trabajo y al mismo tiempo le pedía que se callara porque de lo contrario habría problemas, sí los gritos se oían a la calle, todos ahí estarían en problemas.

Al terminar le dijo que se vistiera y le dio medicamento para el dolor y la infección, después le pidió que no regresara nunca.  Regina llegó a su casa, los dolores eran intensos, cólicos que jamás había sentido, solo tomaba pastillas que parecían no tener efecto.  

Cuatro días después, en la noche volvió a ver a su novio, ella estaba enojada, pero al mismo tiempo sometida psicológicamente y lo poco que reclamó resultó contraproducente, pues él se enojó y se volvió a ir, para regresar una semana después.

“Yo estaba sola, no podía decir a mi familia, no tenía el apoyo de él y esa es otra parte, esto no es solo cosa de mujeres, también de los hombres, ellos se limpian bien padre y solo dicen bye”, comentó.

Al principio el sentimiento de culpa no desaparecía, ese bebé era deseado por ella, pero no por él, actualmente hay días en que ella imagina cómo sería si estuviera ese hijo, tendría más de 25 años de edad, aún no sabe por qué, pero siempre pensó que sería niño

“Sí lo recuerdo, me voy a acordar siempre, pienso qué hubiera pasado si lo hubiera tenido, hubiera sido difícil darle una buena vida, para empezar el papá no era una buena pareja porque yo no estaba bien ahí y lo vi hasta después, al final por su forma de ser, yo estaría sola, frustrada, con carencias”, señaló.

Cada año recuerda ese momento, un día de marzo, un día frio y lluvioso, el escenario perfecto para hacer la tragedia más triste.

“Todo mundo la regamos, todos tenemos errores, me acuerdo de ese día, imagino su rostro, el papá era blanco, yo siempre lo he imaginado alto, pero de mi color, aperlado, no me arrepiento, no tenía nada que darle, yo sé que dicen que se puede salir adelante, tal vez sí, pero me hubiera gustado darle una vida merecedora”.

Tuvo miedo de no poder embarazarse, incluso años más tarde se sometió a un tratamiento para poder embarazarse y actualmente tiene una hija y se desvive por ella, fue planeada cuando sintió que tenía algo que ofrecerle a su hija, una casa, una cuna donde ponerla, un ingreso para poder alimentarla, herramientas necesarias para darle lo que necesita.

Ella mencionó que siempre la única señalada es la mujer, al hombre nadie lo señala, nadie lo juzga, ella trata de decirle a su hija que sí tiene un bebé, sería una abuela feliz, pero no es así, los hijos deben ser planeados y en el momento en que se les pueda ofrecer lo necesario.

“Es la primera vez que lo cuento, han pasado más de 25 años, no se sabe lo que ocurre en cada situación y solo se toca a la mujer, siempre es solo culpa de la mujer, a un hombre nadie lo juzga, no sé sabe si ella fue manejada psicológicamente o el entorno en el que vivió, la falta de educación, a veces la gente es muy dura,  yo he visto niños en cruceros y he visto como la gente les cierra la venta, ni siquiera los voltean a ver, la sociedad no hace nada por esos niños que ya están aquí, hay mucha explotación infantil y la gente no actúa en esto”, señaló.

  • Tendría mi hijo 25 años, él me dijo que abortara

    Al hombre nadie lo señala, nadie lo juzga.

  • Tendría mi hijo 25 años, él me dijo que abortara

    Eran tantos sentimientos encontrados, ella sí quería tener al bebé.

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    “No me arrepiento, no sé qué hubiera pasado”

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