Rodolfo Llanas Carmona, conocido por muchos como Don Rodolfo, es un hombre que dedicó gran parte de su vida a Altos Hornos de México (AHMSA). Esta emblemática empresa, una de las más importantes en la producción de acero en el país, está ahora al borde de la quiebra debido a una gestión deficiente y a la aparente indiferencia del Gobierno Federal. La posible desaparición de AHMSA pone en riesgo el sustento de más de 18,000 familias, incluidos los recuerdos y el legado de Don Rodolfo.
Un Comienzo Llano y Lleno de Esperanza
Era el año 1960 cuando un joven de 18 años, con ojos llenos de ilusión, cruzó por primera vez las puertas de AHMSA. Don Rodolfo comenzó su carrera como ayudante de encargado de patio, y con el paso del tiempo, su dedicación lo llevó a trabajar en el almacén, luego como operador de montacargas, y finalmente como despachador. En cada uno de estos roles, forjó amistades duraderas y vivió momentos de auténtica camaradería entre sus compañeros.
"Me gustaba bastante mi trabajo, lo disfruté muchísimo," comenta Don Rodolfo con una sonrisa nostálgica. Recordando los días cuando trabajaba el turno de la tarde, solía llegar mucho antes de las 2:00 PM, emocionado por comenzar su jornada. La estabilidad laboral y el compañerismo eran la norma en aquellos tiempos dorados de AHMSA.
La vida laboral de Don Rodolfo estaba profundamente entrelazada con su vida personal. Gracias a su trabajo en AHMSA, pudo mantener a su numerosa familia de nueve hijos y adquirir un terreno donde construyó su hogar, pagando 600 pesos en total con abonos mensuales de 60 pesos.
"Esta empresa fue mi segunda casa. Yo solo era de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. Como no me va a doler verla apagada," expresa con tristeza. La dedicación y el amor por su trabajo eran tales que incluso cuando tenía el turno de la mañana, llegaba a las 6:00 AM, una hora antes de su entrada oficial a las 7:00 AM, con su almuerzo caliente en mano.
Hoy en día, Don Rodolfo disfruta de su jubilación en compañía de su esposa, hijos y nietos. Además, se dedica a su pasión por el baile, formando parte de un grupo de ballet folclórico. Sin embargo, la posible quiebra de AHMSA lo llena de sentimientos encontrados no solo por él sino por sus hijos que también laboran en dicha empresa.
"Se siente mucha tristeza ver a AHMSA apagada. Pienso en mis compañeros que ahora tienen que buscar otras formas de sacar a sus familias adelante," comenta con un nudo en la garganta. La preocupación por el futuro de tantos trabajadores y la nostalgia de un pasado mejor se mezclan en sus palabras.
Don Rodolfo Llanas Carmona es más que un ex trabajador de AHMSA; es un testimonio viviente de la dedicación y el esfuerzo de miles de empleados que hicieron de esta empresa un pilar de la industria mexicana. Su historia es un recordatorio de los tiempos en que AHMSA no solo producía acero, sino también forjaba vidas y sueños.