Librado Ramos Díaz es un ejemplo para alumnos y docentes, a sus 76 años de edad pudo terminar sus estudios básicos y está cursando el primer semestre de la carrera de Criminología. “Si uno se ha propuesto algo, lógicamente tienes que echarle ganas, sé que voy a librar los obstáculos porque así me llamo”
Nació el 7 de febrero de 1945 en Mineral de Rancherías, Coahuila y llegó a Monclova en 1962, reside en la colonia Regina de Monclova.
Abandonó la primaria cuando estaba en quinto grado porque quiso ingresar a la academia, donde aprendió la carrera comercial y taquimecanografía, dedicándose a trabajo de oficina. A su vez, repartía su trabajo con el deporte, siendo campeón de ciclismo en el estado y campeón de box en la región centro.
Laboró en la Clínica 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde empezó limpiando el escombro cuando apenas se estaba construyendo, para después limpiar los sanitarios. Poco a poco fue escalando al área de oficinas y estuvo por año y medio como tesorero, se jubiló al cumplir los 30 años de servicio.
Sin embargo, seguía con hambre de aprender nuevas cosas y oficios, decidió estudiar plomería por seis meses y al recibir su certificado empezó a trabajar y no paró durante 25 años.
“Siempre me ha gustado estudiar y antes de ingresar a la universidad, estudié gastronomía por año y medio en la Universidad Tecnológica de la Región Centro. A mí me interesaba la carrera de Criminología, pero no me aceptaban el certificado de la academia”.
Retomó sus estudios en el año 2018 gracias al programa del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA) y al Cecati 9, en un mes pudo terminar la primaria y secundaria, mientras que la preparatoria la finalizó en un año y seis meses.
Señaló que fue difícil el volver a los estudios porque no entendía las materias de bachillerato, sobre todo álgebra y matemáticas, gracias a la ayuda de sus hijos es que salió adelante. En abril del 2021 recibió su certificado de preparatoria y en agosto pudo inscribirse en el Instituto Universitario del Norte (Insunte).
“Estamos empezando la carrera, despacito y viendo cómo me va en diciembre para seguir el próximo año porque casi no hay retención cerebral, pero estoy trabajando en ello. Los maestros y compañeros me han tratado excelente y mi edad no fue impedimento para poder estudiar”.
El pasado 12 de octubre lo operaron de su ojo izquierdo y le pusieron un lente, pidió justificante en la universidad pero eso no es impedimento para detener los estudios, aseguró que solo requerirá usar lentes.
Además, en 50 años no ha conocido lo que es un dolor de estómago o de cabeza gracias a que lleva una buena alimentación, sus médicos lo catalogaron como pre diabético pero nunca ha tomado pastillas, tiene dieta y bebe muchos tés para controlar el azúcar.
“Quiero demostrar a mi familia que el querer es poder, si tienes la facilidad no hay porque detenerse ni porque preferir ir a tomar, beber o los malos amigos, ¿entonces a que viniste a esta vida?”.
Jóvenes desperdician su mente
Consideró que las generaciones de ahora no aprovechan la tecnología para aprender más y aunque tienen el acceso a internet, lo usan para otro tipo de actividades como jugar o ver redes sociales.
No está peleado con el celular y son sus nietos de 11 y 13 años de edad quienes lo apoyan para las clases o cuando tienen que enviar mensajes o correos.
“Yo me quedé en el tiempo de las cavernas pero si uno se ha propuesto algo, lógicamente tienes que echarle ganas y yo no los considero como obstáculos, se pueden librar de muchas formas. Aparte de que me llamo Librado, las voy a librar”.
Es Librado un ejemplo para todos
Juanita Berenice Ortegón Medina es una de sus maestras y comentó que Librado es el claro ejemplo que para la edad no es un parámetro para conseguir las cosas y son las personas quienes se ponen los límites.
Dijo que es un alumno muy inteligente y tiene capacidad de escuchar, razonar, es el que más participa y aporta a la clase aunque no conozca los conceptos. Destacó que no tiene miedo de participar o equivocarse a diferencia de otros estudiantes que se la pasan callados.
“Él lo hace por gusto cuando nos topamos con alumnos que lo hacen por obligación o porque necesitan subir de puesto, pero Librado lo hace por todo lo contrario y eso nos motiva a nosotros como docentes, nos ayuda a crecer”
El Covid-19 le quitó a su esposa
Volvió a conocer el amor en su segundo matrimonio, conoció a Elisa Herrera Delgadillo mientras trabajaba en el Seguro Social como afanadora, juntos procrearon a 3 hijos y con su primera pareja tuvo 2 hijos, Juan Manuel, Rosalía Aimé, Fabián, Fabiola y Ana Elisa.
En diciembre del 2020 Elisa se contagió de coronavirus, no pudo ganar la batalla y falleció el 4 del mismo mes, en enero Librado se contagió pero la enfermedad no le afectó tanto. Se pasó su aislamiento, acostado, tomando paracetamol y casi no comía, en ese tiempo bajó 3 kilos.
“Los años que pasé con ella...ya quisiera volverlos a disfrutar, fue un muy buen tiempo. Como toda familia, tuvimos nuestras altas y bajas, pasamos 49 años juntos, ahora en enero hubiéramos cumplido 50 años de vida matrimonial, eso sí fue hasta que la muerte nos separó”.