En el oriente de la ciudad, entre calles empolvadas y casas modestas, la esperanza de una familia lucha por brillar esta Navidad. Un padre y su hija de apenas diez años se encuentran diariamente en las esquinas de esta ciudad vendiendo mazapanes. Su objetivo no es comprar juguetes o regalos lujosos, sino algo más esencial: lonas para proteger su humilde vivienda de las inclemencias del clima.
Provenientes de Ciudad Juárez, esta familia llegó hace un año a Monclova en busca de una vida mejor. Sin embargo, las adversidades los han obligado a adaptarse a la realidad de vivir en un hogar sin techo adecuado, donde el frío y la lluvia se cuelan sin piedad.
La pequeña, de sonrisa tímida y ojos llenos de sueños, comparte un deseo que refleja su inocencia: no pide regalos costosos, sino algo tan sencillo como una caja registradora de juguete, dice mientras sujeta una charola de mazapanes.
El padre, con voz entrecortada y mirada cansada, narra que la venta de estos dulces es su único medio para ahorrar poco a poco y adquirir las lonas necesarias. "No pido mucho, solo poder proteger a mi hija. Ella es lo más importante para mí", asegura mientras acomoda los mazapanes que ofrecen a transeúntes.
En esta temporada navideña, su historia recuerda la importancia de la solidaridad. En medio de luces y festividades, un techo digno es el mayor anhelo de esta familia, que sigue luchando con dignidad para salir adelante.