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Coahuila

Abarrotan panteones

Después de un año, los deudos pudieron visitar las tumbas de sus seres queridos.

Teresa Muñoz
Por Teresa Muñoz - 02 noviembre, 2021 - 09:18 p.m.

REGION CARBONIFERA, COAH.- Si hay una tradición que nunca morirá es la del Día de Muertos, pues a pesar de las adversidades presentadas por la pandemia del COVID-19, las familias coahuilenses salieron de sus hogares para visitar desde temprano a los fieles difuntos, a sus seres queridos, a los que ya no están pero que en recuerdo vivirán.

Cerca de las 09:00 horas, los días 1 y 2 de Noviembre, los panteones de los 5 municipios de la Región Carbonífera abrieron sus puertas; estaban listos, limpios en su totalidad para recibir a los visitantes que llevaban entre sus manos arreglos florales artificiales, flores naturales, las tradicionales coronas de flores elaboradas a mano con papel crepé, y cera, en colores rojas, rosas, verde turquesa, verde esmeralda, azul resplandeciente, amarillo, celeste cielo y algo más sencillo las cruces de hielo seco, forradas con listones de colores.

Poco a poco las tumbas que meses atrás lucían tristes, abandonadas cubiertas de maleza y muchas de ellas vandalizadas, fueron transformándose, al lucir llenas de flores por el pasillo que atravesase la gente.

Hombres, mujeres, niños, adolescentes y personas de la tercera edad comenzaron a poblar los cementerios, algunos ingresaban y salían rápido, otros no, tal es el caso de los adultos mayores, quienes pasaron horas en el sepulcro de su ser querido.

Luego a paso lento, algunos con bastón en mano, otros apoyados en el hombro de algún familiar, muchos más con andaderas y sillas de ruedas, abandonaban el cementerio, pero, satisfechos de haber cumplido con los suyos al visitarlos haciéndoles compañía en ese pedazo de tierra que ahora es sagrado al ocupar los restos mortales de quienes un día tuvieron vida.

Entre las familias llevaban diversa herramienta, palas, carretillas, escobas, machetes, para limpiar las lápidas; se pudo observar a dos niñas que con cal, pintaban piedras para adornar la tumba de su tío pues al llegar su madre observó que el sepulcro se encontraba lleno de escombro, sin embargo, esto no fue impedimento para reconstruir la cruz de madera y pintarla, culminando con un buen resultado, es algo sencillo, pero lo importante es no olvidarnos de los nuestros, expresó el ama de casa.

En punto de las 11:00 horas fue oficiada la misa en memoria de los finados, fue el padre Armando Guerrero Espino de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, quien se encargó de la liturgia.

“El Mensaje es de reflexión, alentando a los feligreses y motivándolos a orar por nuestros finados, dijo, recobrando también la fe, que los va a llevar a consolarse por la pérdida de un ser querido.

La música en vivo, no podía faltar, entonando artistas locales canciones como “Te Vas Ángel Mío” o bien “Puño de Tierra” en sí, melodías que gustaban en vida a las personas ahora fallecidas.

En el exterior del panteón la vendimia no se hizo esperar, instalándose los puesteros, realizando la venta de champurrado, elotes, tamales, el tradicional pan de muerto, cañas, pan de maíz y demás, haciendo su agosto también los vendedores en pequeño de ropa usada lo cual no fue bien visto por los visitantes, puesto que deberían ser los floristas quienes estuvieran en dicho lugar y no en la plaza Fundadores situada a unos kilómetros de distancia del camposanto.

Así transcurrió el Día 2 de los Fieles Difuntos ayer, en el panteón Santa Rosa, custodiado por elementos de vialidad y diferentes corporaciones policiacas, donde no se observó gran aglomeración de personas como en otros años, pero sí en los que estuvieron presentes el interés por visitar a sus difuntos y no olvidarse de ellos.

DIA DE MUERTOS

Las tradiciones mexicanas son admiradas en el mundo por su algarabía y coloridos contrastes, y quizá una de las más conocidas es la celebración del Día de Muertos, pues sus representaciones artísticas, culturales y artesanales están impregnadas de color y significado: un vívido reflejo del espíritu festivo de los mexicanos.

Desde el papel picado, las flores anaranjadas de cempasúchil o rosa mexicano de las bellas flores de terciopelo, las enigmáticas catrinas, los altares dedicados a los difuntos, y la picardía mexicana conjugada en las rimas de las calaveritas, todo lo que gira alrededor de este día es fascinante. Por ello, el Día de Muertos figura desde 2003 como Patrimonio Intangible de la Humanidad, título otorgado por la UNESCO.

Esta tradición se celebra los días 1 de noviembre, para rendir un homenaje a todos los santos y a las almas de los niños que partieron, y el 2 de noviembre, cuando se recuerda a las almas de los adultos fallecidos. 

Uno de los símbolos gastronómicos más emblemáticos de esta festividad mexicana, es el pan de muerto, el cual representa un cadáver.

El cráneo está simbolizado en la pequeña bola que corona el pan, y las tiras que caen a los lados aluden a los huesos simbolizando los 4 puntos cardinales. Esto es el Día de Muertos, recordando a los nuestros, una tradición que nunca muere.

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