MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- La Procesión del Silencio y la Esperanza es una de las tradiciones más importantes de los feligreses católicos realizadas en Semana Santa, ante ello, el pasado Viernes Santo los fieles acompañaron a la Virgen María en su peregrinar con su hijo en brazos, partiendo de la parroquia San José hasta llegar a la parroquia del Perpetuo Socorro donde le dieron el pésame por la muerte de Jesús.
La procesión es para meditar, para reflexionar, es una muestra de fe ante toda adversidad, siendo el padre Manuel Guadalupe Rodríguez Chávez quien encabezó la marcha en esta representación.
En esta ocasión no se realizó misa alguna, frente al atrio de la parroquia que permaneció a obscuras, se encontraba la réplica de Dios y de la Virgen María, en tanto dos jóvenes representaron a Jesús y a su Madre.
Se entonó una melodía al creador, el padre dio lectura a los 15 misterios de la vida posteriormente los presentes en el templo dieron el pésame a la Virgen, portando entre sus manos veladoras y sirios en señal de vigilia por la muerte de Jesús.