MELCHOR MÚZQUIZ, COAH.- ¡Ningún ser humano debe padecer soledad, dolor, discriminación, hambre! Son las palabras de Anabel Jiménez Valenzuela, benefactora de este Municipio quien la noche de ayer tras recibir un reporte de ayuda, rescató a un hombre en situación de calle y con graves problemas de salud.
En un acto de compasión y solidaridad, la residente local se convirtió en la esperanza del ciudadano desamparado que a decir de algunas personas, desde hace varios años recorre las arterias de la cabecera municipal.
Juan de 47 años de edad fue encontrado por unos jóvenes en el principal cuadro de la localidad del Pueblo Mágico de Múzquiz con sus extremidades inferiores gravemente afectadas debido a una enfermedad crónico-degenerativa, la diabetes.
Ellos, se comunicaron con Anabel, quien es reconocida en esta ciudad por su bondad y sensibilidad hacia las personas que más lo necesitan brindándoles de manera amable y generosa lo que esté a su alcance.
Así, Juan fue trasladado a la clínica "Centro Vida" con apoyo y la rapidez oportuna también de paramédicos de la Benemérita Cruz Roja Mexicana que coordina Silvia Contreras Daniel, ahí el ciudadano recibió atención médica urgente.
El diagnóstico fue desgarrador: una gangrena severa en ambos pies por lo cual, el paciente fue posteriormente trasladado al Hospital General "Hugo Héctor Martínez Tijerina" para recibir atención especializada, con el riesgo de perder ambas extremidades.
"Quise documentar esto porque vivimos tan apresurados que pocas personas se daban cuenta de que él necesitaba ayuda", expresó a LA VOZ Anabel Jiménez".
Hoy, Juan está en el hospital siendo evaluado, hasta el momento, desconocemos el procedimiento a seguir por parte de los galenos, aunque es probable que deban amputarle los pies, externó.
Anabel hace un llamado a la solidaridad de la comunidad: "Pido a las personas que visiten a Juan, le brinden aliento y apoyo en esta difícil situación. Que Dios no lo desampare".
La valiente acción de Anabel Jiménez y de más personas de buen corazón, nos recuerda que todos podemos marcar la diferencia en la vida de alguien más, incluso en las calles o lugares más olvidados.
