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Coahuila

Es Gretel, un milagro de vida

Vino al mundo a los 6 meses de gestación y con una retinopatía

Por Teresa Muñoz - 08 julio, 2022 - 09:35 p.m.
Es Gretel, un milagro de vidaGretel podría ver con la gracia de Dios, expresa su madre.

SABINAS, COAH.- ¡Milagro de Vida! A pesar de todo mal pronóstico a horas de dar a luz, Berenice Valenzuela vio nacer a su bebita a los seis meses de gestación y registró con el nombre de Gretel Valdez Valenzuela.

La pequeña nació con la enfermedad ocular de retinopatía de prematuro por sus siglas en inglés (ROP) en grado 5 que es desprendimiento de retina en ambos ojos lo cual es muy común en los bebés prematuros, expresó a LA VOZ la joven madre de familia.

En general cuanto más prematuro sea el bebé y menor sea su peso al nacer, mayor será el riesgo de que desarrolle ROP.

“Mi pequeña estuvo tres meses hospitalizada en Múzquiz, Monclova y Nueva Rosita, a partir de ahí me la dan de alta, luego me la diagnostican con ese mal”, -expresando la madre de familia que los médicos le han dicho, no hay solución para que Gretel se recupere, únicamente llevarla a terapias para que un día ella, pueda valerse por sí misma-.

Mencionó que su embarazo fue normal, los chequeos fueron con el mejor doctor de la región, medicamentos todo tenía bien controlado, sin embargo durante la gestación se le presentó el desprendimiento de membrana.

Berenice expresa que tiene otro hijo de nombre Derek de 7 años de edad quien al igual que su pequeñita son el motor de su vida para seguir adelante hoy en día espera ese gran milagro que Dios le devuelva la vista a Gretel.

“Sé que para mi Dios es todo posible, lo que para el hombre no, esperando la voluntad de él pues lo que el señor decida yo lo aceptaré”, señala.

La madre de familia habitante de la Villa de Cloete mencionó que cree en los milagros porque lo ve en su hija que está viva y eso la ha motivado también a ayudar al prójimo, sobre todo a las caravanas de migrantes que pasan por esta región.

Recordó que al llevar a su hija a una consulta médica a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, observó la ola de migrantes “Sentí una gran impotencia por las situaciones que ellos atraviesan y pensé en mis dificultades que no son tan grandes como lo que les pasa a ellos.” Destaca el ama de casa.

Agregó que así fue como al observar la señal de Dios y sentir la impotencia de no poder brindar ayuda a las familias-hermanas optó junto con otras amas de casa de Cloete en colocar un campamento sobre la carretera Federal 57 justo en el entronque de la Villa de Cloete hacia Nueva Rosita.

“Yo le dije a Dios, Señor aquí es donde te puedo servir y agradecer por la vida de mi niña” a partir de ahí estoy aquí ofreciéndoles a los migrantes ayuda a base de alimento, medicamento, cobijo, tendiéndole la mano al necesitado.

Entre algunos vecinos, nos instalamos en dicho lugar, colocamos el refugio y hemos atendido a cientos de personas pues de forma diaria podría decir que llegan por lo menos 70 gentes entre niños y personas de la tercera edad y jóvenes.

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