SALTILLO, COAH.- El sacerdote David López Ramírez, Vicario de la Catedral de Saltillo, lamentó la muerte de los dos jesuitas asesinados en la Sierra Tarahumara de Chihuahua por miembros del crimen organizado, cuyos cuerpos fueron localizados días después.
“Lo que pasó y sigue pasando es producto de la violencia que estamos viviendo en todo el país, pero nosotros también estamos obligados como parte de trabajo pastoral que realizamos el denunciar lo malo, el crimen y la corrupción que hay en México”, expresó el Vicario.
López Ramírez añadió: “Ellos trabajaban con las comunidades de la sierra en donde hay mucha necesidad, desafortunadamente tuvieron que pasar por eso y ser víctimas de la violencia que estamos viviendo, pero tenemos que seguir denunciando”, reiteró el Vicario de la Catedral de Saltillo.
Como se recodará, el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un hombre al interior de un templo en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, consternó a la comunidad religiosa y civil de México; Javier Campos Morales conocido como “El Gallo” y César Mora Salazar “El Morita”, estaban en el templo de la comunidad, cuando al lugar llegó un grupo armado que había privado de la libertad Pedro Eliodoro Palma, un guía turístico en la zona.
Pedro Palma fue llevado a la iglesia para que se despidiera de los religiosos, sin embargo, el grupo de hombres armados abrió fuego en contra de los tres, arrebatándoles la vida; después del crimen, los asesinos se llevaron los tres cuerpos.
Por su parte, David López, señaló que en el estado de Coahuila, los integrantes de cada una de las Diócesis no han recibido amenazas, sólo algunas opiniones de desacuerdo con el trabajo que realizan, pero nada serio: “sabemos que no podemos caerle bien a todos, pero a través del diálogo se pueden encontrar las soluciones”.