Una pequeña comunidad del municipio de Tenango del Valle, en el Estado de México, vive su cuarta semana de pandemia y lo hace con una moneda propia recién inventada: unos billetes con valor de 20 pesos que han servido para que unas 150 familias de escasos recursos obtengan alimentos como pollo, tortillas, verduras y productos locales.
Este municipio de 80,000 habitantes es conocido por ser uno de los proveedores de la Central de Abastos de la Ciudad de México. La comunidad de Santa María Jajalpa, concretamente, se caracteriza por su siembra de betabeles, papas, lechugas, coles, rábanos, maíz y legumbres como habas y chícharos.
Según Pie de Página, en su fiesta patronal del 2019 hubo 73 tráileres que regalaron toneladas de fruta y verdura para unas 30,000 personas. La iniciativa de crear los Jajalpesos fue promovida por la delegación municipal y con ella se busca beneficiar a unas 200 familias.
Como medida económica ante la pandemia por el Covid-19, se entregan entre 100 y 200 Jajalpesos a las familias con menos recursos para adquirir productos en la plaza de la comunidad como cebolla, tortillas, jitomate, chile, pollo, entre otros.
Rogelio Romero López, uno de los delegados de la comunidad, dijo a un diario local que la entrega de los vales se realiza de forma personalizada, casa por casa, para determinar cuánto se entrega a cada familia; y añadió que esta iniciativa tendrá una vigencia de uno o dos meses, según mejore la situación económica por la suspensión de labores no esenciales derivado de la pandemia de Covid-19.
Santa María es una comunidad grande a lado de la Hacienda, Atlatlahuca, Ziltepec, Tlamixco, Balderas, Tetetla. Son nueve delegaciones en total. La actividad primordial es la agricultura y muchos pobladores también son obreros. Con la contingencia sanitaria y el llamado de suspender toda actividad que no fuera esencial el pasado 23 de marzo, varias fábricas como Freelander de la Mercedes Benz descansaron a su personal y con eso la economía local se vino en picada.
“Los jajalpesos surgen de la idea de reactivar nuestra economía en Jajalpa. Nuestra primera entrega que fue de 20 mil pesos. Se hicieron esos vales, esos jajalpesos. No nos apoyó nadie: fue de un recurso autogenerado por la delegación. La delegación cobra actas informativas, constancias de domicilio de vecindad, permisos, y de ahí mismo sale la idea de regresarle al pueblo un poco de lo que le pertenece. De lo que es suyo”, explicó la delegada Marina Rueda Rosas.
También dijo que pese a que en el municipio apenas hay un caso de Covid–19 en la cabecera municipal, los espacios comenzaron a cerrarse. En otro pueblo aledaño, Santiago Tianguistengo, les cerraron una plaza donde varios productores llevan sus hortalizas y legumbres a vender. Y allí se van rezagando, cuenta Marina, las lechugas, calabazas, rábanos y betabeles. Los tienen que tirar a falta de un espacio para venderlos.
“Nos dimos a la tarea de hacer un censo, de recorrer todas las calles de Santa María y sobre ese censo decidimos darle a las personas de 100 a 200 pesos. La gente sabe que el dinero es en una sola exhibición y lo podían cambiar en esta placita por verduras, por pollo, tortillas; son cuatro puestos con los que hicimos el acuerdo”, explicó.
A familias de hasta ocho integrantes que no tienen recursos ni trabajo para pasar los días de pandemia en el encierro les han dado hasta 180 pesos, pero no más. El recurso es limitado, admitió Marina.
Decidieron que en abarrotes y en tiendas de auto-conveniencia no harían acuerdos porque el dinero no se iba a quedar en Santa María. La idea es devolverle al pueblo lo mismo que ellos pagan en algunos trámites. No a las empresas que producen refrescos, frituras y enlatados.