La píldora antiviral experimental de Merck & Co tiene el potencial para desplazar a los otros tratamientos autorizados contra el COVID-19, que ya son blanco de cuestionamientos por su efectividad.
Resultados de estudios de fase intermedia que indican que la prometedora terapia podría aparecer ya esta semana aumentan la posibilidad de que un nuevo medicamento llegue al mercado antes de fin de año. Eso podría poner al fabricante de Keytruda —uno de los medicamentos de más rápida venta en el mundo— nuevamente en el centro de atención. Si los datos son positivos, también podrían dar certeza a los inversionistas de que Merck tiene una prometedora cartera más allá del medicamento contra el cáncer, que representa casi un tercio de sus ventas.
Desde el inicio de la pandemia, la atención se ha centrado en las vacunas y en un grupo de posibles tratamientos contra el nuevo coronavirus. Países de todo el mundo están enfocados en asegurar el suministro de vacunas y hacer que estas superen rápidamente las trabas regulatorias, pero los científicos ya dicen que es posible que las primeras vacunas no sean tan efectivas durante un largo tiempo y que aún se necesitarán tratamientos contra el virus.
Los esfuerzos más mesurados de Merck en cuanto a las vacunas implican que la compañía está más atrás que otros desarrolladores que ya han ingresado a ensayos de fase avanzada a gran escala, pero su antiviral experimental podría ser el próximo tratamiento de gran éxito contra el COVID-19, con más de mil millones de dólares en ventas anuales, señaló un analista de Wall Street.
Veklury y plasma
Uno de los primeros productos destacados en la guerra que médicos y científicos libran contra la enfermedad fue el remdesivir de Gilead Sciences, ahora conocido como Veklury. Pero los médicos aún no han observado resultados contra el COVID-19 del medicamento Veklury o los productos en base a plasma que muestren un beneficio definitivo en la prolongación de la vida de las personas.
Se espera que en las próximas semanas se conozcan los resultados de la fase 2 de dos estudios sobre la píldora antiviral de Merck: uno en pacientes hospitalizados con COVID-19 y otro en pacientes ambulatorios.
Si esos resultados “son positivos y llegan de manera oportuna, creemos que Merck podría comenzar las pruebas de fase 3 en septiembre, lo que podría respaldar una autorización de uso de emergencia antes de fin de año, en línea con” el cronograma de aprobación de Veklury, escribió en un informe Daina Graybosch, analista de SVB Leerink.
La pastilla, llamada MK-4482, detiene la replicación del virus. Fue descubierto por científicos de la Universidad de Emory y está siendo sometido a pruebas en conjunto con el colaborador Ridgeback Biotherapeutics. La forma de la píldora le da una ventaja sobre Veklury, así como el plasma convaleciente, un tratamiento que la Administración de Alimentos y Medicamentos autorizó para su uso generalizado. Ambos deben administrarse mediante infusión, aunque también se está desarrollando una formulación inhalada de Veklury.
La píldora de Merck podría ofrecer comodidad y un mayor beneficio terapéutico, según Graybosch, quien aludió al curso de 5 días del medicamento en pacientes no hospitalizados.
“MK-4482 podría convertirse en la opción preferida para pacientes que presenten síntomas” incluso antes de una prueba confirmatoria, dijo, trazando paralelismos con la vacuna contra la gripe Tamiflu, que alcanzó un máximo de aproximadamente 3 mil millones de dólares en ventas anuales hace más de una década.
‘Millones de dosis’
“Hemos asegurado una capacidad de fabricación para producir muchos millones de dosis del medicamento antes de finales de este año”, dijo a los inversionistas Roger M. Perlmutter, presidente de Merck Research Laboratories, en la conferencia del mes pasado para informar los resultados del segundo trimestre de la empresa. El medicamento también pareció activo en pruebas de laboratorio contra virus con mutaciones que los hacían resistentes a Veklury, señaló.
Merck planea lanzar dos nuevos ensayos fundamentales en septiembre, uno para pacientes ambulatorios y otro para hospitalizados. También se está trabajando en un gran estudio ambulatorio de fase 2 con patrocinio del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.