CIUDAD DE MÉXICO — 23 de julio de 2025 — El comediante y creador de El Chavo del 8, Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como "Chespirito", dejó una herencia valorada en millones a su primera esposa, Graciela Fernández, según revela un artículo de Infobae publicado hoy y basado en las memorias del artista.
Gómez Bolaños se casó con Fernández en 1968, unión de la que nacieron seis hijos. Tras casarse posteriormente con la actriz Florinda Meza, la pareja se divorció en 1989. En su libro Sin querer queriendo: memorias (2006), el comediante habla con sinceridad sobre la culpa que sintió por su separación y revela cómo ese sentimiento se transformó en un acto tangible: una herencia millonaria en bienes raíces y objetos de lujo.
Fernández recibió, según la publicación, dos casas, varios terrenos, muebles, uno de los autos preferidos de Chespirito y una suma de centenarios, con el propósito de asegurar su bienestar económico tras la ruptura marital. Aunque la publicación no especifica el valor exacto de estos activos, se asegura que el patrimonio es considerable y garantizó una estabilidad duradera para la madre de sus hijos.
La herencia incluye derechos de autor vinculados a la obra de Chespirito, que al fallecer en 2014 se estimaban en un patrimonio de cerca de 50 millones de dólares. Estos derechos fueron asignados principalmente a sus seis hijos, mientras que Fernández recibió una porción sustancial en bienes materiales.
Analistas confirman que la decisión del comediante responde no solo a los aspectos legales del divorcio sino a una profunda expresión emocional: el reconocimiento de su culpa por iniciar una relación con Meza. En Sin querer queriendo, Chespirito expresa que la separación significó "un inevitable trauma" y se consideró "único responsable", aunque reconocía que la culpa debe compartirse.
Tras la emisión reciente de la bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, distribuida por Max, estos detalles personales han generado reacciones entre la audiencia y han reactivado el interés por la vida privada del comediante. La figura de Fernández ha cobrado relevancia, especialmente al contrastar la vida después de su matrimonio con los años junto a Meza.
El legado de Roberto Gómez Bolaños combina de forma inusual las aristas afectivas y materiales. Frente a las críticas, los familiares han defendido que la repartición sigue criterios claros: los derechos intelectuales fueron designados a los hijos, mientras que Fernández recibió activos que le permitieran rehacer su vida de manera independiente.