El cantante de corridos tumbados Natanael Cano se encuentra en el centro de una controversia tras cancelar sus presentaciones programadas en Arandas, Jalisco, y la Feria de León en Guanajuato, debido a las amenazas que recibió del crimen organizado. Aunque el artista publicó un comunicado en sus redes sociales explicando que no podría asistir por "temas personales", la situación ha generado preocupación entre sus seguidores y el público en general.
Amenazas del crimen organizado
Según reportes de medios nacionales, Natanael Cano fue uno de los artistas mencionados en una narcomanta atribuida a un grupo delictivo identificado como Los Matasalas, supuestamente relacionado con Los Chapitos, la facción liderada por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán. En el mensaje, que también menciona a Tito Torbellino Jr. y Javier Rosas, se advierte a los músicos que no colaboren económicamente ni ejerzan influencia a favor del grupo delictivo Salazares u otros grupos independientes.
El texto de la manta amenaza con graves consecuencias para los artistas si no se dedican exclusivamente a su carrera musical:
"Esta es la última advertencia, están a tiempo de tumbarse el alucín... Si no hacen caso a esta advertencia serán fusilados."
Incógnitas sobre futuros conciertos
Hasta ahora, el cantante no ha emitido declaraciones más allá de su breve comunicado, y no se ha confirmado si los conciertos programados para el 1 de marzo en Jalisco y el Festival Ceremonia en la Ciudad de México en abril se llevarán a cabo. La seguridad del artista y del público ha pasado a ser una prioridad en medio de la preocupación por la violencia que afecta a figuras del género regional mexicano.
Contexto de la violencia contra artistas
El caso de Natanael Cano refleja una problemática recurrente en la escena musical regional, donde los vínculos reales o percibidos con organizaciones delictivas han derivado en amenazas, atentados e incluso asesinatos de artistas. La industria enfrenta crecientes desafíos de seguridad, ya que las menciones a figuras criminales o asociaciones políticas en canciones suelen interpretarse como apoyo explícito a grupos específicos.
Este tipo de situaciones plantea interrogantes sobre el entorno de inseguridad para los músicos del género y la necesidad de proteger su libertad creativa sin comprometer su seguridad personal.