Silvia Pinal, ícono del cine, teatro y televisión, falleció a los 93 años, dejando tras de sí una carrera marcada por su talento y valentía para abordar proyectos desafiantes. Entre ellos, destaca Viridiana (1961), una película que no solo rompió moldes artísticos, sino que desató controversias con el Vaticano y el régimen franquista en España.
Viridiana: Una obra revolucionaria
Dirigida por el maestro del surrealismo Luis Buñuel y protagonizada por Silvia Pinal, Viridiana narra la historia de una novicia que, al abandonar temporalmente el convento, se enfrenta a un mundo plagado de violencia, sexualidad y contradicciones humanas.
La película aborda temas considerados tabú en su época, como la crítica a la moralidad religiosa y las jerarquías sociales, plasmados en escenas simbólicas que sacudieron a la sociedad de los años 60. Entre las más controvertidas están la representación de Pinal rezando frente a una cruz mientras porta una corona de espinas, y una recreación de La Última Cena con indigentes como protagonistas.
Reacciones del Vaticano y el franquismo
El impacto de Viridiana fue inmediato y contundente. Aunque inicialmente la producción fue aprobada por el régimen franquista, las críticas del Vaticano calificaron la obra como una afrenta a la religión católica. Ante la presión, el gobierno de Francisco Franco prohibió la proyección del filme en España y ordenó la destrucción de todas sus copias.
Sin embargo, Viridiana trascendió la censura. Su estreno en el Festival de Cannes la consagró al ganar la Palma de Oro, posicionándose como una obra maestra del cine mundial y demostrando que el arte puede desafiar incluso a las instituciones más rígidas.
El legado de Silvia Pinal
Con Viridiana, Silvia Pinal consolidó su lugar en la historia del cine como una actriz valiente y visionaria, dispuesta a participar en proyectos que no solo cuentan historias, sino que también transforman sociedades. Su legado sigue vivo, recordándonos que el arte tiene el poder de cuestionar y cambiar paradigmas.