Manadas "extremadamente grandes", en busca de agua y comida ponen en riesgo a reservas de comunidades aborígenes en estas zonas, además de provocar daños y representar un peligro para los automovilistas, dijeron autoridades locales en el estado de
Australia Meridional.
Australia sufrió el año más caluroso y seco de su historia en 2019, lo que provocó incendios forestales devastadores que siguen consumiendo ciertas regiones del país, y escasez de agua en muchas comunidades.
La matanza de los camellos durará cinco días y se llevará a cabo en una extensa zona administrada por un gobierno local (AGL) aborigen ubicada en el extremo noroeste de Australia Meridional.
"Estas manadas en busca de agua ponen en riesgo a las comunidades aborígenes de los territorios de la APY y a la ganadería", explicó el comité ejecutivo de los territorios de la APY en un comunicado.
Fuentes de agua contaminadas
El ministerio de Medio Ambiente del estado, que defiende el sacrificio de los camellos, explicó que la sequía también causó "graves problemas para el bienestar animal", ya que muchos animales murieron de sed o resultaron heridos en enfrentamientos al competir por fuentes de agua.
"En algunos casos, los cadáveres de animales muertos han contaminado importantes fuentes de agua y sitios culturales", informó una portavoz del ministerio.
Según estimaciones oficiales, Australia cuenta con más de un millón de ejemplares en las zonas desérticas centrales, la mayor población de camellos salvajes del mundo.
En 2009, las autoridades implementaron un programa para controlar a los camellos salvajes y la población fue reducida a 300 mil ejemplares en 2013, tras una matanza masiva desde helicópteros en una área de más de tres millones de kilómetros.