ASHCROFT, Columbia Británica, Canadá (5 de agosto de 2025) — Un fenómeno poco común se convirtió en protagonista en un incendio forestal ocurrido a las afueras de Ashcroft, cuando un ave rapaz dejó caer un pescado sobre líneas eléctricas, lo cual generó chispas que encendieron pastizales secos y provocaron un incendio y corte de energía local. Las autoridades calificaron el hecho como "literalmente un pez cayendo del cielo".
Según el servicio Ashcroft Fire Rescue, el incidente ocurrió el 30 de julio, a pocos kilómetros de una corriente de agua donde el águila pescadora (osprey) capturó al pez. Al intentar transportar su presa durante una jornada calurosa, el ave se fatigó y soltó el pescado, que cayó sobre cables de alta tensión. El impacto generó chispas que prendieron pasto seco, iniciando así un incendio que se extendió por menos de medio hectárea.
Los equipos de bomberos, con apoyo de rancheros locales y personal de BC Hydro, aplicaron aproximadamente 4 800 galones de agua para sofocar las llamas. El fuego causó un apagón temporal que dejó sin electricidad a alrededor de 1 500 residentes de la zona. Afortunadamente, no se reportaron heridos.
En un comunicado con tono humorístico, los bomberos describieron al pez como el "culpable", y al mismo osprey como el "sospechoso principal", asegurando que el ave no sufrió daño alguno y continúa volando libre por el área. Incluso bromearon sobre la posibilidad de que el ave "estuviera cansada de pescado crudo y buscara uno cocido".
Este caso excepcional pone en evidencia cómo eventos naturales imprevisibles pueden desencadenar consecuencias inesperadas. Aunque la idea de peces cayendo del cielo ha sido documentada en otras regiones del mundo, se trata de un episodio singular tanto por su desencadenante como por su impacto.