Una cirugía cardíaca practicada a un hombre de 60 años de edad en hospital de Australiana se fue de las manos de los médicos cuando perforaron una bula pulmonar del paciente y el oxígeno saliente de la cavidad torácica se incendió tras entrar en contacto con un dispositivo eléctrico.
Según informa el sitio web Inverse, el enfermo sufría de una disección aórtica que hacía urgente una operación para reparar esa ruptura, potencialmente fatal, pero el hombre padecía también una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cuyos efectos se manifestaron tan pronto como los cirujanos le abrieron el esternón, el hueso situado justo en el centro del pecho, para acceder al corazón.
Durante la intervención, el paciente recibía un flujo de oxígeno saturado a través de un ventilador, lo que alteró la composición de aire en sus cavidades pulmonares. El escape provocado por la perforación, compuesto de este oxígeno puro, un gas extremadamente inflamable, coincidió con la aplicación de un lápiz de electrocauterio, un dispositivo usado para coagular la sangre y reducir el sangrado.
En cierto momento, un chispazo del dispositivo hizo que el aire rico en oxígeno que se hallaba alrededor del pecho del hombre se inflamara de manera repentina.
El extraño caso fue reportado el pasado fin de semana en Viena (Austria) durante el Congreso de Euroanestesia, una convención anual de la Sociedad Europea de Anestesiología. Según los especialistas, este no es el primer caso de incendios generados por dispositivos de electrocoagulación utilizados simultáneamente con un suministro elevado de oxígeno para la anestesia.
En el caso del australiano, las llamas resultaron "extintas inmediatamente sin causar lesión alguna al paciente" y el resto de la operación transcurrió con éxito sin que se produjeran más incidentes.