Un viejo rumor ha cruzado fronteras y generado una batalla legal internacional. Emmanuel Macron, presidente de Francia, y su esposa Brigitte Macron han presentado una demanda por difamación en contra de la influencer estadounidense Candace Owens, quien ha afirmado en repetidas ocasiones que la primera dama es transgénero.
La demanda, presentada este 23 de julio ante el Tribunal Superior de Delaware, en Estados Unidos, acusa a Owens de haber emprendido una "campaña mundial llena de ficciones extravagantes, difamatorias y descabelladas", según reveló el medio Financial Times.
¿Qué dijo Candace Owens?
Owens, una figura polémica y conocida por su postura conservadora, utilizó su podcast y redes sociales para difundir la teoría de que Brigitte Macron nació hombre y que su verdadero nombre era "Jean-Michel Trogneux". Incluso fue más allá: en una transmisión en vivo, retó a Brigitte Macron a someterse a pruebas de ADN y aseguró que buscaría "exponer la verdad".
"Naciste hombre y morirás hombre. Envía una muestra de sangre y mis médicos lo analizan. O muestra fotos tuyas criando hijos. No vas a escapar", declaró Owens, elevando aún más la tensión del caso.
Macron busca juicio y sanción
La pareja presidencial solicitó un juicio con jurado y una indemnización punitiva. Para obtenerla, deberán demostrar que Owens difundió estas declaraciones sabiendo que eran falsas, es decir, con "alto grado de malicia", un estándar legal necesario en casos de difamación en Estados Unidos.
Contexto del rumor
El rumor sobre la identidad de género de Brigitte Macron no es nuevo: surgió en 2017, cuando su esposo fue electo presidente de Francia por primera vez. Aunque en su país también ha sido objeto de publicaciones falsas y teorías conspirativas, esta es la primera vez que el caso se judicializa en Estados Unidos.
De hecho, Brigitte Macron también ha apelado en Francia un fallo que absolvió a un par de youtubers locales acusados de propagar la misma versión sin pruebas.
Las declaraciones de Candace Owens, además, incluyen teorías sin fundamento sobre supuestos vínculos familiares con Brigitte y hasta experimentos del gobierno estadounidense para el control mental, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte de sectores políticos y sociales en Francia.
Este caso podría sentar un precedente legal sobre los límites de la libertad de expresión en medios digitales y el alcance internacional de las campañas de difamación en la era de las redes sociales.