David Dushman, el último sobreviviente de los soldados soviéticos que participaron en la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz, murió. Tenía 98 años.
Dushman falleció el sábado en un hospital de Múnich, confirmó el domingo la Comunidad Judía de Múnich y Alta Baviera.
“La muerte de cada testigo de la historia es una pérdida, pero despedirse de David Dushman es especialmente doloroso”, dijo Charlotte Knobloch, exdirectora del Consejo Central de los Judíos de Alemania. “Dushman estaba en el frente cuando la maquinaria letal de los Nacionalsocialistas fue destruida”.
Siendo un joven soldado del Ejército Rojo, Dushman aplastó la cerca electrificada del notorio campo de concentración nazi con su tanque T-34 el 27 de enero de 1945.
Reconoció que ni él ni sus camaradas se dieron cuenta de inmediato de la magnitud de lo sucedido en Auschwitz.
“Esqueletos por todas partes”, recordó en una entrevista en 2015 con el Sueddeutsche Zeitung, un diario de Múnich. “Salían a tropezones de las barracas, se sentaban y acostaban entre los muertos. Horrible. Les arrojamos toda nuestra comida enlatada y nos fuimos de inmediato a cazar fascistas”.
Más de un millón de personas, en su mayoría judíos deportados a ese lugar desde distintos puntos de Europa, fueron asesinados por los nazis en Auschwitz-Birkenau entre 1940 y 1945.
Previamente, Dushman participó en algunas de las batallas más sangrientas de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo las de Stalingrado y Kursk. Fue herido de gravedad en tres ocasiones, pero sobrevivió a la guerra, uno de sólo 69 soldados de su división de 12,000 elementos que lo lograron.
En tanto, su padre, un exmédico militar, estaba encarcelado y posteriormente falleció en un campo soviético de castigo tras ser víctima de una de las purgas de Josef Stalin.
Al concluir la guerra, Dushman ayudó a entrenar al equipo nacional femenino de esgrima de la Unión Soviética durante cuatro décadas y fue testigo del ataque perpetrado por ocho terroristas palestinos contra la delegación israelí en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, que derivó en la muerte de 11 israelíes, cinco palestinos y un policía alemán.
Años más tarde, Dushman visitaba escuelas para explicarles a los estudiantes los horrores de la guerra y del Holocausto. También se ponía sus medallas militares cuando asistía a las reuniones de veteranos.
“Dushman fue un entrenador de esgrima legendario y el último de los que liberaron el campo de concentración de Auschwitz que aún sobrevivía”, señaló el Comité Olímpico Internacional en un comunicado.
El presidente del COI, Thomas Bach, le rindió homenaje a Dushman, recordando cuando Bach era un joven esgrimista de la entonces Alemania Occidental y el veterano entrenador le ofreció “amistad y consejo” en 1970 “a pesar de la experiencia personal del señor Dushman con la Segunda Guerra Mundial y Auschwitz, y de que él tenía orígenes judíos”.
“Este fue un gesto tan profundamente humano que jamás lo olvidaré", dijo Bach en un comunicado.
La esposa de Dushman, Zoja, murió hace varios años.