Luego de una semana, el niño fue encontrado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), dentro de una sala de videojuegos junto con una treintena de niños en horario escolar, donde se confirmó que el infante gastó la mayor parte del dinero para poder jugar Fortnite y Free Fire.
De acuerdo con declaraciones de los padres al diario local El Deber, el pequeño de 11 años padece del trastorno de ludopatía, el cual es un padecimiento que genera en la persona una urgencia o necesidad de jugar y apostar de forma descontrolada.