Texas.- “Si se complica más la situación, hay que seguir aportando, incluso detener la producción”, declaraba el lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador en un duro mensaje a refresqueras y cerveceras de Nuevo León.
“Hay que apoyar a la gente”, remataba el mandatario en su reclamo a los fabricantes de bebidas para que aporten agua a la población.
Los problemas de sequía, escasez de líquido y altas temperaturas se han combinado para asestar un duro golpe a Nuevo León, que tanto sus autoridades como sus ciudadanos luchan para sobrellevar.
La zona metropolitana de Monterrey ha sufrido ya recortes programados y dos de las tres presas del estado están prácticamente vacías, pero el problema de falta de lluvias y agua no es exclusivo de esta región .
Se trata de un tema regional e incluso global, que a decir de especialistas se deriva del latente Cambio Climático.
Uno de los estados más golpeados es el vecino Texas, para el que esta semana el propio Servicio Meteorológico de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), lanzó una alerta por temperaturas excesivas, pues se esperan hasta 39 grados centígrados en Houston y 44 grados en Dallas.
Las altas temperaturas serán, dice el organismo, la generalidad en la mayor parte del gran estado texano e incluso se prevén nuevos récords en High Plains (zona norte) y Rollin Plains (noroeste y este).
Europa ‘bajo fuego’
Pero en el Viejo Continente la situación está, literalmente, que arde. Actualmente España y Portugal combaten más de 20 incendios forestales y una sequía persistente que ha impactado las reservas de agua de ríos y presas, al grado que algunos residentes ya recurren a viejas prácticas medievales para acarrear el agua.
Según el sitio Grist, perteneciente a una ONG dedicada a educar sobre el Cambio Climático, en Italia el calor y la sequía amenazan con destruir un tercio de las cosechas de arroz, maíz y forraje.
Además, la Comisión Europea recientemente bajó sus estimaciones de producción de trigo blando de 130 a 125 millones de toneladas, un efecto que abona negativamente a la situación actual de la guerra en Ucrania, que ha disparado en general los precios de insumos y alimentos.
Al haber menor abasto, los precios tenderán a aumentar, agravando la situación alcista que ya se vive a nivel mundial y de la que México no es la excepción, pues apenas en junio pasado registró su peor inflación en 21 años.
