Bangkok.- La cifra de víctimas del devastador terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el centro-norte de Birmania (Myanmar) el viernes ha aumentado drásticamente. Según el canal estatal de radio y televisión (MRTV), la junta militar birmana informó este sábado que el saldo asciende a 1,644 muertos, 3,408 heridos y 139 personas desaparecidas.
El sismo ocurrió el viernes a las 12:50 hora local (06:20 GMT) en la región de Sagaing, con una profundidad de 10 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se localizó entre las ciudades de Sagaing y Mandalay, ambas a unos 17 kilómetros del punto de origen del movimiento telúrico.
Ante la magnitud del desastre, el Ejército birmano declaró el estado de emergencia en seis zonas clave: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó (capital del país) y Bago. Estas regiones han sido escenario de conflictos entre las fuerzas militares y grupos rebeldes étnicos y prodemocráticos, lo que complica las labores de rescate y asistencia humanitaria.
El Movimiento de Desobediencia Civil, un grupo opositor a la junta militar, denunció a través de su cuenta en la red social X que varias de las zonas más afectadas permanecen incomunicadas debido a restricciones impuestas por el régimen. "Sagaing está muy afectada, pero la gente allí no tiene acceso a internet. La junta cortó las telecomunicaciones en muchas áreas con fuerte resistencia", señalaron.
En Mandalay, una de las principales ciudades birmanas, la situación es crítica. "No sabemos exactamente cuántos han fallecido, pero la ciudad alberga a muchos desplazados internos que ahora están gravemente afectados", afirmó un activista local.
Según estimaciones de la ONU, cerca de 3.5 millones de personas se encuentran en condición de desplazamiento dentro de Birmania. La crisis humanitaria se agrava por la falta de acceso a servicios básicos y las dificultades para llevar ayuda a las comunidades más aisladas.
En un hecho poco habitual, la junta militar ha solicitado ayuda internacional para enfrentar la catástrofe. China, India y Rusia han sido los primeros países en responder al llamado, comprometiéndose a enviar suministros de emergencia y asistencia técnica.
Mientras continúan los esfuerzos de rescate, las autoridades advierten que la cifra de víctimas podría seguir en aumento en las próximas horas. El desastre ha expuesto aún más la vulnerabilidad de un país sumido en el conflicto y la inestabilidad desde el golpe de Estado de 2021.